Buenos Aires. AP. Hace dos años, María Eugenia Vidal era prácticamente una desconocida para la población del distrito electoral más importante del país.
Hoy se ha convertido en una de las estrellas de la política argentina tras propinarle al peronismo una histórica derrota y convertirse en la primera mujer electa gobernadora de la provincia de Buenos Aires.
Vidal, de 42 años, ganó con el 39,49% de los votos de 12,4 millones de electores en los comicios del domingo. La candidata del frente opositor Cambiemos le sacó una ventaja de 4,31 puntos porcentuales a Aníbal Fernández, jefe de gabinete del gobierno de Cristina Fernández.
El peronismo gobernaba ininterrumpidamente ese distrito desde 1987.
La gobernadora electa afirmó el lunes que su inesperado triunfo “expresó la profunda necesidad de cambio en la provincia de Buenos Aires”, distrito que gobernará hasta el 10 de diciembre Daniel Scioli, el peronista que buscará la Presidencia del país, el 22 de noviembre, en una segunda vuelta frente a Mauricio Macri, jefe político y mentor de Vidal.
“El triunfo de Vidal en la provincia marca el cambio de época en toda su plenitud”, aseguró el analista Ignacio Fidanza. “La sociedad optó por el cambio y no se quedó a medio camino, eligió golpear al peronismo en el corazón, forzando la más grande renovación política que esa geografía haya experimentado, luego de casi 30 años de gobierno”, puntualizó.
Vidal fue la arriesgada apuesta de Macri en un distrito que tiene el tamaño de Italia, donde viven 16,6 millones de personas y es un fiel reflejo de una Argentina de contrastes: los campos más fértiles del país conviven con bolsones de extrema pobreza.
Es, además, el territorio de los llamados “barones del conurbano”, en su mayoría dirigentes peronistas que gobiernan desde hace décadas varios municipios y a los cuales se les atribuye dudosas artes políticas.
Vidal, madre de tres hijos, es uno de los cuadros políticos de los cuales se nutrió Macri cuando fundó su partido Propuesta Republicana, a principios del nuevo milenio. Con alguna experiencia en cargos públicos, se convirtió en la ministra de Desarrollo Social cuando su jefe ganó la alcaldía de Buenos Aires en el 2007.
Macri la eligió para que lo acompañara como vicejefa del Gobierno de la ciudad cuando buscó la reelección en el 2011.
Residente de la localidad de Morón, un suburbio al oeste del llamado “conurbano” bonaerense, Vidal comenzó a recorrer la provincia con un discurso llano y sin estridencias, buscando capitalizar el malestar de los bonaerenses por la inseguridad y el avance del narcotráfico en los últimos años.
Sin restarle méritos, los analistas coinciden en que su inesperado triunfo también obedece a la mala imagen pública de su contrincante Aníbal Fernández, un funcionario de alto perfil en el gabinete de Fernández y que meses atrás fue involucrado en un caso criminal ligado al tráfico de efedrina.
En el segundo puesto político más importante del país después del presidente, Vidal deberá enfrentar grandes desafíos. Además del combate a la inseguridad y el narcotráfico, tendrá que mejorar la deteriorada infraestructura de transporte de la provincia, un abultado déficit fiscal y una burocracia de miles de empleados públicos.