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¿Derogar el “testigo de la corona”?

Si se deroga la figura del testigo de la corona, los únicos beneficiados serán los corruptos

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El denominado testigo de la corona, testigo protegido o arrepentido, es el coautor, cómplice o instigador de delito que, sabiéndose imputado en causa penal, negocia con el Ministerio Público –bajo el control de los jueces– para lograr inmunidad procesal, a cambio de pruebas que permita la condena de los otros partícipes del delito y el comiso del dinero producto de la actividad criminal. Si los datos aportados por el arrepentido tienen veracidad, el proceso en su contra termina; si la información es falsa, la persecución penal continúa.








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