El Festival de Solos Hecho a Mano es un espacio de danza contemporánea organizado por tercera vez, gracias a los esfuerzos de Signos Teatro Danza, Gráfica Génesis y el apoyo de varias entidades entre las que destacan el Ministerio de Cultura y los programas Iberescena y ProArtes.
Este festival sirve de vitrina para coreógrafos y bailarines que trabajan el formato de unipersonal, el cual permitirá observar por cuatro noches y trece propuestas de artistas escénicos invitados de Argentina, México, Chile, Colombia, España, Cuba, quienes compartirán las tablas con los nacionales.
Los organizadores del tercer encuentro de solos han escogido a la bailarina y coreógrafa costarricense Sandra Trejos, para dedicarle esta edición, como un reconocimiento de su intensa carrera dancística, situación que quedó plasmada en el video que se presentó al final de la primera función.
Para dar inicio a la presentación, la intérprete y creadora costarricense Estefanía Madrigal ejecutó la coreografía ATONO .
En este trabajo, Madrigal expone sus buenas condiciones técnicas como bailarina; además de gozar de buena presencia escénica.
Sin embargo, a nivel compositivo, esta fue la obra más débil de la jornada; principalmente porque el personaje no logró transformarse durante el desarrollo, con excepción del primer fragmento, en el que se vislumbró alguna reacción del personaje. Tampoco supo sacar provecho de los elementos de la escenografía diseñada por Mauricio Herrera y la partitura musical de José Duarte.
Como segunda intervención, observamos a Paola Rodríguez Chávez, quien asumió la propuesta dirigida por Zebastián Méndez, titulada Decir pepepe papara decir otra cocosa (Osteogénesis imperfecta) . En este trabajo, cabe destacar la buena interpretación de Rodríguez, quien muestra dominio corporal, así como varias intensidades en la forma de ejecución.
En la composición, se siente una tendencia reiterativa de utilizar los movimientos de caídas, sin mucho sentido sobre lo expuesto, lo que podría ser reminiscencia de la técnica formativa, de la cual el coreógrafo debería de prescindir para profundizar en movimiento, que tenga mayor rango de significado. La música en vivo marcó el ritmo de la bailarina, sin embargo el final lo sentí poco acoplado.
Para cerrar el espectáculo, participó la coreógrafa y bailarina mexicana Djahel Vinaver, quien interpretó su creación La dama de verde, acompañada por el compositor Joaquín López, Chas . Vinaver, con mucho humor y movimientos provenientes de varias técnicas contemporáneas, nos escenificó una mujer víctima de sus conflictos y contradicciones.
Las múltiples imágenes que recreó esta veterana bailarina mantuvo a la audiencia atrapada por su intensa proyección escénica, mientras transitada de una situación a otra, enmarcada con los sonidos creados en vivo por Chas . La coreógrafa también fue la responsable de un vestuario que funcionó adecuadamente para el personaje.
En general, los diseños de iluminación contribuyeron sin mayor efecto a crear las atmósferas para obra.
Para quienes no han venido, todavía quedan dos noches para ver los trabajos en solitario de bailarines y coreógrafos contemporáneos.