En consulta con la Real Academia Española, la Fundación del Español Urgente (Fundéu), de la agencia de noticias EFE, formula recomendaciones, como las siguientes, para el uso del idioma.
La pronunciación correcta de «Copenhague»
La Fundación del Español Urgente explica la pronunciación correcta en español del topónimo Copenhague .
En los medios audiovisuales, al informar sobre la Conferencia de la ONU sobre el cambio climático, hubo cierta tendencia a pronunciar el nombre de la capital de Dinamarca pronunciando una hache aspirada, y el resultado es algo así como «copenjague».
Een algunos noticieros de radio y de televisión del mundo hispano también se oye aquel nombre según su pronunciación en inglés: algo similar a decir «coupenjaguen» o «coupenjeiguen» (que escrito es Copenhagen ).
La Fundación del Español Urgente aclara que la única forma de pronunciar ese nombre en español es Copenhague puesto que la hache que aparece en la escritura de ese topónimo en nuestra lengua ( Copenhague ) es una hache muda; es decir, no tiene ningún sonido especial.
«Unión Europea»
La Fundación del Español Urgente advierte sobre el uso de las mayúsculas y las minúsculas en las noticias sobre la Unión Europea.
España ha asumido la Presidencia del Consejo de la Unión Europea o Presidencia de la Unión Europea, término que debe escribirse en mayúscula por ser un nombre propio ya que es la denominación oficial.
No ocurre lo mismo cuando se habla de la presidencia española (de la Unión Europea) pues no es el nombre oficial y no está ligada a la naturaleza de la presidencia.
En cuanto al Tratado de Lisboa, es un nombre propio y debe escribirse con mayúscula, al igual que sucede con otros nombres oficiales, como el Tratado de Versalles o el Tratado de Libre Comercio.
El presidente español también pretende impulsar la aprobación del Consejo Europeo de Riesgo Sistémico, un organismo encargado de alertar de las posibles crisis y que debe ir en mayúscula, al igual que el Grupo de Reflexión sobre el futuro de Europa.
La Fundéu recuerda que se usen las mayúsculas con nombre propios, como los tratados, los órganos asesores y los nombres oficiales, y las minúsculas para los comunes, como presidencia europea o presidencia española.