“A don Óscar le tocó una época un poco compleja, de resolver el conflicto del río San Juan. Habiéndose resuelto ese asunto, yo sí confío en que se pueda avanzar para acercarnos todo lo que sea posible”, dijo Laura Chinchilla el 10 de febrero, dos días después de recibir una llamada de Daniel Ortega en la cual auguraron “la mejor relación posible”.
Ocurrió todo lo contrario. El pretendido aliado terminó convertido en “invasor” en octubre, tres meses después de que el dragado del río San Juan motivase una protesta diplomática. Parecía un simple escarceo, pero todo se complicó y acabó siendo un tema candente que traspasó la frontera del 2010.
Ahora, el Gobierno corre para alistar todos los detalles que permitan convencer a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de que ordene a Nicaragua detener las obras en isla Calero y retirar los soldados.
La audiencia será de mañana en ocho en la sede de la CIJ, en La Haya, Holanda, y constituye una instancia clave para los daños ambientales y la ocupación de isla Calero, después de que Ortega ignoró los llamados hechos por la Organización de los Estados Americanos (OEA) pues insiste en que sus fuerzas están en territorio propio.
En paralelo, Costa Rica mantiene conversaciones con otros países con la esperanza de un diálogo que, eso sí, parta del previo repliegue de soldados presentes en Calero.
Este conflicto obligó a Chinchilla a redirigir recursos diplomáticos y a dedicar muchas horas de su tiempo que, sin embargo, han resultado insuficientes.
No obstante, internamente, la Presidenta cuenta con una considerable apoyo de fuerzas políticas y de la opinión para afrontar las gestiones venideras en La Haya e incluso en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
A esta instancia podría llegar en las próximas semanas o meses el caso si la Corte de La Haya no responde a los reclamos de Costa Rica o si Managua llegara a desobedecer una eventual medida cautelar.
“Es una paradoja, pero es cierto que esta dificultad le sirvió a la Presidenta para generar cohesión, como suele ocurrir también con los desastres naturales”, opinó Elizabeth Fonseca, presidenta del PAC.
El diputado Danilo Cubero, vocero del Movimiento Libertario, recordó que al principio hubo lentitud en la atención de la invasión en isla Calero.
“Hubo una tardanza inaceptable. Estábamos sin Policía de Frontera, y la verdad es que ha dado muchas largas al tema”, dijo el jefe de fracción del Libertario, partido que aboga por la intervención de fuerzas militares de países amigos.