San José (Redacción). La carpa de la plaza de Santa Ana tuvo esta tarde un ingrediente especial: la mayoría del público estaba vestido en blanco y azul.
Los niños de la escuela Andrés Bello López tuvieron hoy la oportunidad de cambiar las páginas de sus cuadernos por las ocurrencias del payaso Pepe Picaporte.
Sentados en el suelo, demostraron que la nariz roja y los enormes zapatos no pasan de moda para entretener al público infantil.
"El payaso fue el más gracioso. Me hizo reír mucho. Además, nos mojó a todos", dijo el pequeño Josua Morales, de siete años, quien acudió junto a sus compañeros de segundo grado de la escuela.
En más de una ocasión, decenas de niños se lanzaron a la lona de la carpa para atrapar el globo que Pepe Picaporte ofrecía como obsequio o para ser elegidos como asistentes del payaso.
Risas, aplausos y, sobre todo, espíritu infantil colmaron esta tarde la carpa circense.
Ahí también se presentó la colombiana Laurine, la primera en robarse la admiración del público con su habilidad para el hula-hula . El talento que se exhibe en el Festival Nacional de las Artes también sorprendió a grandes y chicos con espectáculos de malabares y danza en telas.