27 de julio del 2005,Area de Coservacion de Guanacaste ACG, Parque Nacional Rincon de la Vieja, area de las fumarolas / caravaca
En abril, y durante una semana, un avión equipado con sensores hiperespectrales sobrevolará las áreas boscosas del país con el fin de obtener información que servirá para calcular el potencial que poseen los bosques costarricenses para capturar y almacenar carbono.
Estos sobrevuelos forman parte del proyecto Mission Airborne Carbon 2013 ( MAC-13 ) que reúne tanto a científicos nacionales como canadienses bajo el liderazgo de dos investigadores de la Universidad de McGill en Canadá.
MAC-13 es financiado por la Canadian Space Agency (CSA) y cuenta con el apoyo del National Research Council Canada’s Flight Research Laboratory y el Programa Nacional de Investigaciones Aerotransportadas (PRIAS) del Centro Nacional de Alta Tecnología (Cenat).
“Lo que queremos es dotar a Costa Rica de mecanismos robustos que permitan calcular sus reservas de carbono y sus dinámicas, para proponer acciones de manejo y conservación adecuadas para garantizar el cumplimiento de los compromisos de mitigación contemplados en REDD+”, comentó Pablo Arroyo de la Universidad de McGill.
Captar la radiancia. El avión, modelo Twin Otter, realizará 16 horas de vuelo como parte del proyecto MAC-13.
La aeronave está equipada con dos sensores hiperespectrales (CASI y SASI) que tomarán datos a una altitud de 900 m, lo cual permitirá generar un mapa con una resolución entre dos y tres metros por píxel.
Este tipo de sensores son pasivos y captan la energía solar que es reflejada por un cuerpo cuando esta lo impacta. Eso se conoce como radiancia y una vez que esas imágenes son procesadas para el análisis, se pasa a llamar reflectancia. Esos datos de reflectancia se analizan tomando en cuenta la biomasa que poseen las áreas boscosas y así se puede saber su potencial de captura y almacenamiento de carbono.
En criterio de Arroyo, los datos de biomasa se obtuvieron de un trabajo anterior, hecho por él. En ese momento su objetivo fue establecer un sistema de información geográfica de carácter forestal.
Para aprovechar forestalmente un bosque, los finqueros deben presentar un plan de manejo a las oficinas regionales del Sistema Nacional de Áreas de Conservación.
Esos planes de manejo, recopilados por Arroyo, brindaron información sobre las características biofísicas (especies de árboles y cobertura boscosa o pastizales, entre otras) de las unidades de bosque que permitieron hacer un inventario de árboles que contempla los diámetros de los árboles.
En campo, para calcular la biomasa, se mide el diámetro del árbol a la altura del pecho. A mayor diámetro, más carbono acumulado en los tejidos vegetales.
“En este sentido, los bosques más jóvenes van a tener una reflectancia menor que los bosques más viejos”, explicó Arroyo.
El uso de tecnología hiperespectral permitirá generar mejores mapas para la toma de decisiones de manejo y conservación. Según Arroyo, la idea es hacer misiones similares en los próximos años para así monitorear el bosque a través del tiempo. Para ello, MAC-13 considera capacitar investigadores costarricenses que, más adelante, puedan liderar proyectos científicos de este tipo.