La presidenta Laura Chinchilla desinfló ayer la bola de presión que creció en las últimas dos semanas, por su anuencia a que los diputados se aumentaran el salario mensual de ¢2,5 millones a ¢4,3 millones.
Tal y como se lo pidieron numerosos grupos políticos, sociales y empresariales, Chinchilla anunció al mediodía que vetará dicha ley. Cuatro horas después, sostuvo con firmeza que su decisión “no obedece a presiones, sino a convicciones”.
Aunque la mayoría de sectores opuestos al incremento insistían en el carácter “abusivo” e “inoportuno” del aumento, Chinchilla ofreció ayer un argumento nuevo: al avalar el proyecto se estaría beneficiando a sí misma.
Esto, porque el salario de los diputados es la base para calcular las pensiones de los expresidentes de la República. Si el aumento entra a regir, ella también recibirá un monto mayor a partir del 2014, cuando deje el poder.
“Yo no puedo rubricar un proyecto de ley que implique beneficios directos a mi persona”, adujo la mandataria, confiada en que los diputados no insistirán con el proyecto. De hecho, dos horas después, los legisladores anunciaron en el Congreso que el expediente quedaba “enterrado”.
De inmediato, los comentarios en las redes sociales resultaron favorables para Chinchilla.
Ottón Solís, excandidato presidencial del Partido Acción Ciudadana (PAC), felicitó a la Presidenta, mientras sus diputados corrieron a celebrar el “triunfo de la gente”, igual que Frente Amplio.
Hubo, sin embargo, quienes quedaron insatisfechos, como el secretario general adjunto de la Asociación Nacional de Empleados Públicos (ANEP), Édgar Morales.
“Esta no es una opinión sincera de la Presidenta. Entendió que todo el pueblo y la opinión pública estaba en contra de este incremento. Si hubiera sido firme y honesta, se habría pronunciado categóricamentre desde el inicio en contra del proyecto”, aseveró.
Chinchilla se manifestó de acuerdo con el aumento salarial el lunes 10 de mayo, cuando los diputados ya lo tramitaban en el Congreso. La Presidenta solo exigió que el ajuste se financiara con dinero del propio Congreso, sin tocar el Presupuesto Nacional.
Para la jefa de los diputados oficialistas, Viviana Martín, sí existió tal comunicación. “Ha habido completa coordinación con Casa Presidencial en este tema de salario, una coordinación donde ha habido mutuo apoyo; lo hemos sabido a través de la prensa. No obstante, anoche (martes) surgieron dudas en torno a si le podría afectar o no la Ley de enriquecimiento ilícito”.
“Por solidaridad al 47% (del electorado) que elegimos a doña Laura como presidenta, no vamos a exponerla. De ahí que la decisión es archivar este proceso, votando negativamente en su momento en el segundo debate”, anunció Martín .
La iniciativa iba a disparar el monto que, por pensión, reciben siete exmandatarios y cuatro herederos, pues la Ley Marco de Pensiones establece que los expresidentes perciben ingresos iguales al salario base de un legislador.
La posibilidad de aumentar el salario de los congresistas se empezó a discutir al final de la administración Arias (2006-2010). Pero fueron los actuales legisladores quienes impulsaron la iniciativa.
El pasado lunes, 35 diputados de cinco fracciones diferentes aprobaron en primer debate el proyecto para ajustar su salario base a ¢4,3 millones al mes. Este ingreso subiría a ¢6 millones en el 2014, debido a los aumentos semestrales de ley.
La votación definitiva, sin embargo, ya no será posible.