San Jose Museo de Arte y Diseo Comtemporaneo (Cenac) exposicion ''Umbral de fuego'' del artista Rafael Otton Solis aqui la obra ''seis jesuitas al amanecer'' Foto Mario Rojas/la nacion 24 Nov 2010 (Mario Rojas)
En 1978, el artista Rafael Ottón Solís realizó su primera instalación dentro del templo de San Vicente Ferrer, en Moravia. Este tipo de actividades –como exposiciones o conciertos– eran organizadas por el Comité Juvenil Deportivo Cultural, un grupo autónomo de jóvenes interesados en promover actividades recreativas en aquel cantón. Solís presentó entonces una obra titulada
Ese tríptico, expuesto de manera individual, motivó la concesión a Solís del premio otorgado por la Fábrica Nacional de Cemento, en el VII Salón Anual de Artes Plásticas del Museo Nacional, organizado por el Museo de Arte Costarricense en diciembre del mismo año.
Precisamente con una fotografía de esa obra comienza la exhibición
La exhibición cumple un lema de Solís: “Hacer y deshacer. Volver a ser. La Historia”. Esta exposición recopila un porcentaje importante de su obra, principalmente instalaciones.
Diferentes materiales encontrados –como madera, piedras y ladrillos– han dado forma a las obras de Solís durante toda su trayectoria artística. Para él, generar una obra o conceptualizar una instalación parten de la misma idea que tenía cuando, siendo niño, jugaba con trozos de madera: construir.
Como un referente importante para Solís, cabe mencionar el
Esa amplia concepción de lo sacro propicia la reflexión a través de los elementos simbólicos, de la utilización del espacio como recinto ceremonial. Dentro de esta línea, es posible encontrar obras como
Por otro lado, un punto central en la obra de Solís es la reflexión persistente sobre los conflictos armados del orbe y sobre papel de la Iglesia Católica en países centroamericanos. La presencia del contexto histórico, social y político se integra con temas como la liturgia y los ritos. Los conflictos armados se traducen en obras a manera de esperanza. La sangre, los exvotos, las balas, el pan: todos son elementos de una vivencia sacramental.
“Mi universo creativo nace a partir de la vida misma y de la lectura de los teólogos Leonardo Boff y Thomas Merton, del libro de los Salmos y de las homilías de monseñor Óscar Romero”, detalla Solís.
“También me han inspirado la obra escrita del artista catalán Antoni Tàpies y los poemarios de Jorge Debravo e Isaac Felipe Azofeifa”, añade el artista.
La obra
Los conflictos en El Salvador han sido un tema también recurrente en la obra de Solís. Al respecto, cabe resaltar la obra
“Arte, religión y política son expresiones de los anhelos profundos del espíritu humano”, dice Solís.
“El arte que realizo procura trenzar, desde mi propia humanidad, la esencia del sentido religioso, con la denuncia y con la defensa de la identidad, la cultura y la solidaridad. Al final, loque me impulsa es el amor”, añade el artista.
Dentro de esos motivos, la actual exhibición incluye obras como
Aquella obra es un homenaje a Stephen Bantu Biko, sudafricano que luchó contra el
Otras obras incluidas en la actual muestra también tienen relación con conflictos políticos. Tal es el caso de las obras tituladas
Una serigrafía inédita acompaña a
Asimismo, fue parte de la exhibición realizada por el Museo de Arte Contemporáneo de Puerto Rico en aquel año.
Los colores rojo, negro y blanco se integran a los tonos de los materiales. La utilización y la reutilización de esos recursos hacen que se impregnen de significado y de memoria. La connotación simbólica que se da a los materiales los transforma, a su vez, en elementos vívidos de procesos de muerte y resurrección.
¿Cuáles son sus proyectos artísticos? “Hace cuatro años me inicié en la fotografía digital, y trabajo la fotografía conceptual y la fotografía en la calle. La ecología y el cambio climático son los temas de mis próximas instalaciones”, adelanta Rafael Ottón Solís.
En las obras de Solís, una espiritualidad solidaria se enlaza a referentes como la guerra, la situación centroamericana y el sufrimiento humano.
La búsqueda del espacio sagrado y de elementos que conforman altares y semillas de vida, se levanta como evidencia de una realidad, de un recorrido por obras que procuran la comunión. En cada detalle, los espacios construidos por Solís buscan la magnitud, lo contundente, lo eterno.