¡Qué bajo hemos caído!

Sin el menor sonrojo, un comunicador del cuestionado espacio Intrusos de la Farándula reveló cómo dejó atrás las bases de lo que aprendió de periodismo en la universidad para ajustarse a los requerimientos de sus jefes: “hacer que la gente se salga de las casillas y conteste lo que uno quiere”.

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