Cuando alguien decide llevar una mascota a su hogar, generalmente lo hace con la motivación de conseguir un nuevo amigo para la familia, de mimarlo y de reírse de sus travesuras. Sin embargo, ¿qué pasa si ese animal sufre un accidente o se ve afectado por una enfermedad que lo deja con una discapacidad permanente?
A esa realidad debió enfrentarse, hace poco más de un año, Rodrigo Quesada Vargas, de 35 años y vecino de San Pedro de Montes de Oca. Su querido Starky, un cocker spaniel que siempre había sido el chineado de la casa, comenzó a presentar las secuelas de una enfermedad neurológica y sus patas traseras dejaron de responderle.
“Mi perro tiene 9 años, ha estado con nosotros desde cachorrito y fue muy duro verlo así, arrastrándose y sufriendo. El cuerpo se le iba hacia el lado derecho y se nos complicó su cuido, pero cuando lo compré supe que Dios me había dado su vida en custodia”, explicó Rodrigo, quien, desesperado por encontrar una alternativa para su mascota, decidió comprarle una silla de ruedas diseñada para sus necesidades.
Según este joven, Starky es ahora un perro feliz. Ladra y corretea como en su mejores épocas. Al principio le costó adaptarse al aparato ortopédico, chocaba contra los muebles y se quedaba atorado en las puertas. “Nos llevó un tiempo que aprendiera a calcular los espacios, pero desde que se habituó a su nueva vida, el ánimo le cambió por completo. Nadie se imagina la alegría de nuestro perro cada vez que lo sacamos a pasear por el barrio”, comentó, orgulloso, el amo.
El joven Juan Carlos Murillo Rodríguez, de 30 años, también está convencido de haber hecho lo correcto con su perro Argus, un doberman que hace ocho meses fue atropellado por un autobús en Heredia. Debido a las secuelas del accidente, los médicos veterinarios debieron amputarle una de sus patas traseras, una decisión que incluso avalaron médicos ortopedistas para humanos que lo valoraron.
“¿Dormirlo? ¿regalarlo? Jamás, esas opciones nunca me pasaron por la mente. Argus es un miembro más de mi familia y por eso hicimos todo lo posible por salvarle la vida. Lo sometimos a una cirugía reconstructiva donde se le aplicó un pin intramedular y un tutor externo, pero aún así tuvo riesgo de gangrena y no quedó más que cortarle la pata derecha, a la altura de la rodilla”, recordó con angustia.
Su perro siempre se había caracterizado por su vivacidad y su buena estampa; tanto así que Murillo –quien se dedica a la cría de perros doberman, salchicha y weimaraner– lo había llevado a dos exposiciones caninas, donde obtuvo el segundo lugar de la raza. Verlo en aquel estado, tras el atropello, le rompía el alma a cualquiera.
“Por dicha, Argus tiene muchas ganas de vivir y aprendió a caminar y correr con sus tres patas. No es un perro deprimido, seguramente sabe que le tenemos mucho cariño; hace poco hasta lo cruzamos”, contó Murillo.
En los albergues de mascotas, casos como los de Argus y Sparky son bastantes comunes, pues algunos dueños terminan lanzando a la calle a los perros y gatos que presentan alguna discapacidad o enfermedad degenerativa.
“En este momento, tenemos el caso de Alejandra y Manchas, dos perras
La adopción de estas mascotas es difícil, mas no imposible. “En los últimos meses sí hemos podido colocar a varios perritos ciegos o con tres patas; la gente los acepta más que antes. El problema es cuando necesitan de una silla de ruedas, ya no controlan esfínteres o requieren de muchos cuidados”, agregó Víquez.
Tanto ella como otros protectores de animales están convencidos de que los costarricenses están cambiando poco a poco la visión que tienen sobre sus mascotas. Ahora, afirman, existen más amos capaces de sacrificarse por ellos y dispuestos a ofrecerles calidad de vida hasta en los peores momentos.
En abril pasado, esta afirmación se hizo una realidad evidente, cuando en una competencia llamada Perro Cross y realizada en Paraíso de Cartago, varios dueños de perros con alguna discapacidad (en ciertos casos, también los amos presentaban discapacidad) corrieron dos kilómetros al lado de sus mascotas. Manchas y Alejandra, del albergue Animales de Asís, inauguraron la carrera ¡y llegaron a la meta!