La Junta Directiva del Banco Internacional de Costa Rica (Bicsa) despidió a Federico Carrillo Zurcher como vicepresidente ejecutivo y gerente general de la entidad, debido a la pérdida de confianza.
“El despido del señor Carrillo Zurcher se fundamenta en la pérdida de confianza de parte de la Junta Directiva, debido a la omisión de fiscalización de algunas operaciones financieras realizadas por Bicsa, concretamente los denominados swaps ”, informó ayer el Banco mediante un comunicado de prensa.
Ayer se intentó localizar a Carrillo, pero no fue posible. En su casa de Santa Ana se informó de que está fuera del país y regresará el próximo lunes.
La Junta Directiva tomó la decisión el miércoles en la noche.
Cambio contable. Los swaps , o coberturas, son instrumentos financieros en los cuales las partes pactan un tipo de cambio o una tasa de interés futura.
Mario Rivera, gerente del Banco de Costa Rica (dicha entidad es dueña mayoritaria de Bicsa, con un 51% de las acciones), explicó que la operación con los swaps consistió en unos contratos de coberturas de tasas de interés, los cuales buscaron proteger de la variabilidad de las tasas de las emisiones de valores que Bicsa realiza.
Dichas coberturas se valoraban con una metodología, pero en el 2012 Bicsa decidió cambiarla.
Al variarse la metodología, se generó un pasivo contingente de alrededor de $10,4 millones.
En la página 52 del estado financiero auditado del 2012 se indica que, “para el período 2012, el Banco cambió la metodología que utiliza como referencia para determinar el valor razonable de los instrumentos financieros derivados que mantiene, estimando como razonable el valor reportado por las contrapartes”.
Añade que, al 31 de diciembre de 2012, la pérdida no realizada de estos contratos de tasa de interés fue de $3.791.502, y en ese año se reconoció una pérdida realizada en instrumentos financieros por $6.650.000.
Pese a ello, la entidad tuvo ganancias históricas en el 2012 por $16 millones.
Según este estado, las operaciones con swaps suman $85 millones.
En el comunicado enviado ayer, el Banco reiteró que “su solidez y fortaleza siguen siendo la misma que establece y confirma la empresa Moody's en la calificación emitida el 10 de abril” (La nota fue de Ba1, un escalón por debajo de “grado de inversión” donde se ubican las entidades más seguras).
Daniel González, quien funge como subgerente general, asumió interinamente la gerencia.