Eucaliptos es una obra de 1,50 m x 1,40 m realizada en marzo del 2010 en un taller de la Ciudad Vieja, en Montevideo, Uruguay. Después de un largo verano entre Minas, Canelones, Rocha y Río Negro, ya en la hermosa y antigua ciudad, decidí experimentar, en lienzo y acrílicos, no con pinceles, sino con una herramienta poco común: el “lampazo”, limpiador de vidrios.
Esa herramienta me llamó sobremanera la atención. En las calles de la urbana Montevideo, muchos indigentes drogadictos se instalan en las esquinas o en los semáforos con el fin de limpiar el polvo del verano de los parabrisas de los vehículos; así, con suerte, tal vez puedan ganarse algunos pesos.
Además de la consideración que se merecían esas personas, me recordaron que lo cotidiano podría ser mágico cuando vi cómo movían con tanta destreza el lampazo y un chorrito de agua jabonosa. Entonces pensé que esta podría ser una nueva y útil herramienta para plasmar lo que sentía y veía: con lampazo y acrílicos.
Soy costarricense, vengo de un país donde la naturaleza exuberante abarca, somete en su color y en sus texturas. El color es inevitable. En cambio, la naturaleza en el Río de la Plata tiene en definitiva otro idioma, que nos divide claramente las estaciones y que nos demuestra –dentro de la dureza de cada una de ellas– colores desvanecidos y de fantásticas belleza, suavidad y serenidad: algo que, rara vez, un lugar nos hará sentir.
Luego del maravilloso viaje de la experimentación y muy satisfecho con el resultado, me di a la tarea de mostrarles extraoficialmente –con un tannat – el resultado a los maestros uruguayos Walter Aiello y Alberto Shunk, para recibir de ellos muy positiva retroalimentación.
Me animé a seguir trabajando una serie de diez obras con el tema de los paisajes uruguayos, y fue así como participé en un certamen con la Steinhausen Gallery Art and Design, de Stuart, Florida (Estados Unidos). El premio consistía en ser exhibido y representado por ellos durante todo el mes de febrero del 2011.
Eucaliptos es solo una sincera e intuitiva interpretación del campo uruguayo, de la luz y sus colores, y de la simpleza de la imagen. Es un estilo que visito muchas veces, pero no es el único.
Este es uno de los diferentes estilos que manejo, muy diferente, por cierto, del que acabo de presentar en la Galería Nacional con el tema de la “partícula de Dios”: un estilo abstracto expresionista mediante el que descifro, a mi manera, el cosmos y un proceso científico. Eucalipto es una expresión personal, emocional, la primavera y el verano del campo uruguayo. Si fuera un homenaje, sería al Uruguay, a los uruguayos y su histórica necesidad de utilizar su ingenio para combatir el invierno con un bosque no autóctono que llegó en el siglo XIX para quedarse e integrarse a la belleza de su naturaleza
Este cuadro es también un sutil recordatorio de la plantas industriales de celulosa y de los conflictos surgidos entre los hermanos rioplatenses –del Uruguay y la Argentina– a causa del funcionamiento de esas fábricas.