- Barcelona's Chilean new player Alexis Sanchez poses during his official presentation after signing a new contract with the Catalan club on July 25, 201, at the Sports Center FC Bacelona Joan Gamper, in San Juan Despi, near Barcelona. AFP PHOTO / JOSEP LAGO (JOSEP LAGO)
“Aprendí a jugar descalzo. Por eso corro así, a saltos. Me acostumbré a ir esquivando piedras del piso”. La confesión de Alexis Alejandro Sánchez es tan sincera como humilde.
Antes de cumplir los 10 años, todos en Tocopilla, su pueblo natal, ya lo llamaban
El apodo no le molestaba en lo más mínimo. Bien sabía que nadie, en aquel pueblito pesquero al norte de Chile, se lo decía con ánimo de burla.
“Mis amigos decían que me parecía a una ardilla, por la forma cómo corría y porque pasaba subido en los árboles, bajando los balones que se nos colgaban”.
En aquella ciudad costera, anclada en medio del desierto de Atacama y apodada
A punta de goles saltó de Tocopilla a Santiago, después a Argentina y, antes de cumplir los 20 años, se brincó el charco para jugar en la liga italiana.
Hace menos de un mes, el niño maravilla deslumbró a todos al ser anunciado como la nueva contratación del FC Barcelona, el club número uno del planeta.
Alexis nació en 1988, en el seno de una familia de los sectores más humildes de Tocopilla. Desde muy temprano, las necesidades económicas y la ausencia de una figura paterna amenazaron con hacer de su vida un calvario, pero el increíble coraje de su madre le templó el carácter.
Doña Martina trabajó de sol a sol como empleada doméstica, vendiendo periódicos y limpiando pescado para sacar adelante a Alexis y sus hermanos mayores, Marjorie, Humberto y Tamara.
“Su casa era una construcción de adobe y palos que apenas se mantenía en pie. Aún hoy se ven casas que apenas se sostienen en medio de un cerro lleno de precarias construcciones, que como lustre, lucen el color opaco de la arena del desierto que las ha teñido de un gris rojizo”, explica un artículo del diario español
Junto al esfuerzo materno surgió también la figura de su tío José Delaigue, quien se convirtió en un padre adoptivo para Alexis y ayudó a que el pequeño creciera por la senda correcta.
Cuando tenía ocho años, un hermano de su padre biológico se lo llevó a vivir con él a Roncagua, a 1.300 kilómetros de su pueblo natal, pero Alexis se aburrió y, en menos de dos años, regresó a su casa materna.
“Aquí en Tocopilla, Alexis se dio a conocer inmediatamente por el futbol; apenas tenía 10 años, pero quien lo veía se daba cuenta de que era un fuera de serie. Todos los clubes lo querían tener, lo pedían prestado: ‘hay un campeonato en Iquique, ¿nos prestan al niño por unos días?’, les decían a su familia”, contó a
Por esos días, los ingresos familiares no daban ni siquiera para comprarle un par de zapatos de futbol. De hecho, a los 12 años,
Ahí maravilló a todos, hasta al mismo alcalde de Tocopilla, que le regaló un par de botas para darle un empujón a su carrera.
Y lo fue. Alexis jugaba casi todos los días, contra adultos o jóvenes más corpulentos que él. Mientras lavaba carros en el cementerio de su pueblo, comenzó a labrarse el sueño de ser futbolista, pero no uno cualquiera.
“Voy a ser el mejor jugador del mundo”, le repetía a sus compañeros y maestros de la escuela.
“Por su talento para escabullirse de los aguerridos defensores que le buscaban los tobillos, su nombre empezó a sonar en Suramérica, y a los 16 años, ya era famoso en Chile”, cuenta un artículo del diario español
Su primer equipo fue el Deportivo Arauco y a los 15 años, el Cobreola –equipo de la vecina ciudad minera de Calama– compró sus derechos por 67.000 pesos (unos $120 de entonces).
Con 17 años, debutó en la Primera División de Chile y 17 meses después, en el 2006, el Udinese de Italia contrató sus servicios por 3,5 millones de euros.
“Sin embargo, la directiva transalpina lo vio como una opción de futuro y terminó cediéndolo, primero al Colo Colo chileno y, más tarde, a River Plate de Argentina”, reseña el sitio
Fue campeón con los dos equipos y en el 2008, partió a Italia para jugar tres temporadas con el Udinese. Los 20 goles anotados en su primera temporada le valieron ser nombrado como el mejor jugador del
Hace tres semanas, el equipo azulgrana lo fichó tras acordar un pago de 26 millones de euros (unos $37 millones).
Si con su traspaso al futbol italiano, la vida de Alexis se libró de muchas necesidades, su contratación en la llamada Liga de las Estrellas, no solo le ha asegurado una mejor condición económica, sino un estatus de héroe nacional en Chile.
Hoy, la vivienda donde creció el
Hasta el Deportivo Arauco, club donde Alexis se formó como futbolista, se ha beneficiado con el increíble crecimiento del inquieto chiquillo que vestía sus colores hace una década.
Gracias a los $380.000 que recibirá por el millonario traspaso al Barcelona, el Arauco cumplirá el sueño de tener su primera cancha propia.
“Usaremos el dinero para comprar terrenos donde construir nuestra primera cancha de de pasto sintético, pero del tamaño de una de futbol de salón, porque no hay tierra en Tocopilla para construir una cancha de futbol”, explicó a la agencia EFE el presidente del club Frank Dee.
Según el jerarca, también harán una sede social con sala de juegos, sala de reuniones, oficinas y sala de trofeos. “La sede llevará el nombre de Alexis Sánchez”, añadió Dee.
Esa será la segunda distinción importante que
Visto desde fuera, pareciera que todo ha sucedido demasiado rápido: en 10 años, Alexis pasó de ser el más humilde jugador del Arauco, al jugador más caro en la historia de Chile. Sin embargo, en la mente del hoy barcelonista nada ha cambiado.
“Veo el futbol como un juego. Ahora estoy en un gran club y me lo tomo con más responsabilidad, aunque sigo siendo el mismo jugador que cuando tenía diez años. Me sigo divirtiendo”.