Si usted presenta una pérdida de interés por realizar sus obligaciones laborales, nada lo ilusiona e incluso, busca excusas para ausentarse o abandonar sus tareas regulares, preste atención: podría padecer del síndrome de
Este padecimiento (llamado también síndrome del quemado) consiste en una respuesta con consecuencias físicas y psicológicas para el trabajador, provocada por el estrés laboral crónico en un ambiente de trabajo que no es el idóneo para desenvolverse.
Así lo explicó en una entrevista para
“El factor que propicia la aparición de este síndrome fundamentalmente tiene que ver con el deterioro de las relaciones interpersonales en el contexto laboral”, dijo Gil.
Comentó que los conflictos en el lugar de trabajo, así como las agresiones hacia el empleado por parte de sus superiores y una inadecuada distribución de las cargas laborales podrían acelerar la aparición del síndrome.
Algunas personas también comienzan a comportarse de forma indiferente o cínica hacia sus compañeros de trabajo, mientras que otras desarrollan severos sentimientos de culpa.
“Los síntomas principales giran en torno a un deterioro cognitivo, a un desgaste afectivo y a la aparición de conductas y actitudes negativas como la culpa”, aclaró el especialista.
Según Gil, este padecimiento se divide en dos tipos: un perfil uno, donde aparecen los síntomas anteriormente mencionados, excepto el sentimiento de culpa. En el perfil dos, la culpabilidad hace la diferencia y puede conducir a la depresión.
Dentro de las secuelas físicas el paciente puede sufrir de migrañas, contracturas musculares, gastritis, crisis de ansiedad, depresiones y falta de apetito sexual.
Igualmente, ve afectado su entorno familiar porque el individuo traslada sus problemas laborales al hogar e incluso, puede quedar desempleado.
Además, cree él, deberían contar con un adecuado diseño para distribuir de manera equitativa las cargas de trabajo entre los empleados y diseñar planes de formación de líderes para otorgar un trato adecuado a sus subalternos.
Las investigaciones sobre este síndrome se han llevado a cabo en ciertos países de Iberoamérica como en Argentina, Brasil, Venezuela, Colombia, México y España, nación pionera en el campo.
En Costa Rica la Facultad de Psicología de la Universidad Iberoamericana (UNIBE), está realizando los primeros estudios sobre este nuevo mal.