Que siempre es preferible reír que llorar, es evidente, ¿pero hasta qué punto el buen humor es capaz de potenciar una vida sana?
Gilberto Aldana, psicólogo de la salud, explica que es en los últimos 15 años cuando más se ha profundizado en el estudio del buen humor, que es su especialidad.
“En lo fisiológico, sabemos que reírse a carcajadas influye en varios sistemas. Ayuda a relajar los músculos, mejorar la circulación y la oxigenación, despejar las vías respiratorias e incrementar la producción de endorfinas, esos opiáceos endógenos que también se producen con un orgasmo y que provocan un efecto tranquilizante.
”Reírse disminuye la producción de las hormonas relacionadas con el estrés y ayuda a potenciar el sistema inmune”, señala.
Por eso, cuando una persona se enfrenta con una discapacidad o con una enfermedad crónica, se recomienda que busque apoyo psicológico, que según el caso puede incluir actividades humorísticas como parte del tratamiento.
“Hay médicos de la vieja guardia que desestiman este tipo de cosas, pero sí sabemos que mientras más se deprime una persona enferma, más se deteriora, porque su sistema inmune no está en condiciones de actuar a su máxima capacidad”, sostuvo Aldana.
La actriz Tania Sarabia lo explica en otros términos: “Ante un cáncer, por ejemplo, una quimioterapia ataca tanto las células malas como las células buenas. Es verdad que hay días buenos y días malos, pero si además te empeñas en deprimirte, pones la torta porque las defensas te bajan aún más.
”Cuando estás deprimido o muy estresado, mínimo te da una gripe: por eso cuidarte el ánimo también es muy importante, estés sano o enfermo”.
En lo psicológico, Aldana recalca que tratar de mantener un buen humor refuerza el estado de bienestar general.
“Estar alegre y relajado aumenta esa especie de magnetismo personal y facilita la integración grupal. Se han hecho estudios que sugieren que los docentes que saben usar el humor al enseñar, logran mejores niveles de aprendizaje en sus alumnos que quienes no lo usan”, afirma el psicólogo.
Muchas situaciones de estrés se enfrentan de manera más efectiva por medio del humor y, por suerte, los venezolanos hacemos uso de ese don con facilidad. “Si bien no se puede hacer mucho para controlar las adversidades, uno es quien elige cómo afrontarlas y esa decisión nadie se la puede quitar”, sostuvo.
Risas que aligeran. “Cuando los payasos llegamos a un hospital y ayudamos a reducir la tensión de ese ambiente frío, ocurre enseguida una diferencia del cielo a la tierra”, cuenta Lilver Tovar, actriz y presidenta de Doctor Yaso.
“Uno ve cómo el ánimo para afrontar las cosas cambia enseguida y todo el mundo se relaja. A veces, los niños están dormidos y ni se enteran de que fuimos, pero sacándoles una sonrisa a sus padres también ayudamos.
”Otras veces, hemos hecho visitas a los asilos de ancianos y es increíble la vitalidad que demuestran las personas de la tercera edad cuando se entusiasman con algo que las divierte”, señala.
Tovar señala que respetar el deseo de quien se siente mal es fundamental.
“Hay pacientes que no quieren que pasemos a sus cuartos o dicen que no tienen ganas de jugar y nunca los forzamos, pero muchas veces deciden integrarse cuando ven lo que hacemos.
”Lo que hace el buen humor es que les aporta humanidad a las situaciones difíciles y eso produce cierto alivio.
”Hemos hecho algunos acompañamientos de casos terminales y siempre son duros, pero aun cuando esa persona sabe que se va a ir, al rodearse de un ambiente sin tanta ansiedad, uno nota que se va más serena, con más paz”, dijo Tovar.