Más de medio siglo de vida no es tanto tiempo, cuando se trata de esperar por la mujer correcta. Y, en el caso de Alberto de Mónaco, 53 años tuvieron que pasar para llegar a desposar a la princesa de sus sueños.
“A mí me ha llevado mucho tiempo (contraer matrimonio). Pero no hay límite de edad cuando te vas a casar, es una decisión personal y fue una decisión de los dos”, dijo en una entrevista con el canal europeo Euronews el actual príncipe soberano de Mónaco, cuyo nombre completo es Alberto Alejandro Luis Pedro Grimaldi Kelly.
Bajo el título de su Alteza Serenísima Alberto II, este monegasco unirá su vida a la de la exnadadora sudafricana Charlene Wittstock, en una ceremonia que se celebrará entre el 1°. y 2 de julio, en Mónaco.
“Esta boda contribuirá a corregir la imagen estereotipada de Mónaco, a que se conozca mejor la identidad monegasca y sus valores económicos, sociales, culturales, humanitarios, deportivos y medioambientales”, declaró el príncipe en una entrevista al diario francés
Pese a una serie de romances infructuosos en el pasado, el amor no ha sido algo que el segundo hijo y único varón de Raniero III de Mónaco se ha tomado a la ligera.
A diferencia de sus hermanas, Carolina y Estefanía, Alberto no ha corrido desbocado rumbo al altar ni ha pasado por grandes tragedias amorosas.
Cuatro años de noviazgo se necesitaron para que él anunciara en el 2010 que Mónaco tendría una princesa de nuevo, tras la muerte de su madre, Grace Kelly, en 1982.
Y más de 10 años tuvieron que pasar para que el codiciado príncipe se decidiera a pedirle matrimonio a Wittstock, luego de que se conocieran, en el 2000.
Mujeres como Brooke Shields, Claudia Schiffer, Sharon Stone, Naomi Campbell, o Tasha de Vasconcelos, forman parte de su extenso historial de romances.
En España se le relacionó con la actriz Ana Obregón. Sin embargo, él aseguró que con ella solo mantuvo una muy buena amistad.
Según
Quizá influenciado por la fama de solterón empedernido de la que gozaba su hijo, antes de morir (en el 2005), Raniero III decidió modificar el 2 de abril del 2002 el artículo 10 de la Constitución de Mónaco. Este apartado estipulaba que el sucesor al trono debía ser un descendiente “directo y legítimo” del príncipe reinante.
La modificación a la Carta Magna le quitó presión a Alberto, pues estipuló que si el soberano moría sin descendencia legítima, su lugar podía ser ocupado por otro miembro de la dinastía Grimaldi.
Con esa reforma, Mónaco se garantizó el no volver a estar subyugado a la soberanía de Francia.
Desde entonces, se barajó la posibilidad de que, en ausencia del príncipe, podría sucederlo al trono su hermana mayor Carolina y a ésta sus hijos varones: Andrea y Pierre, seguidos de Carlota; y, en quinto lugar, Estefanía de Mónaco.
Aún hoy se desconoce si Alberto alcanzó a revelarle a su padre que lo había convertido en abuelo. Pues fue solo después de asumir la corona que decidió hacer pública la existencia de dos hijos suyos ilegítimos, en el 2006.
Primero reveló la existencia de Alexandre, de tres años, a quien procreó con la azafata togolesa Nicole Coste. El menor vivía entonces con su madre, en Mónaco.
Después dio a conocer al mundo a su hija Jazmin Grace Rotolo, una joven que en el 2006 contaba con 14 años, y que el príncipe había concebido junto a Tamara Rotolo.
De la joven californiana se dijo en su momento que no accedería jamás al trono por no haber nacido dentro de un matrimonio.
Pero ahora, la esperanza de un heredero ha vuelto a surgir en este pequeño país, localizado cerca del Mediterráneo y famoso por sus lujos y belleza.
Y es que en la entrevista que Alberto concedió a
Los mismo se le puede ver en un concierto, entregando los World Music Awards; que en la boda de los duques de Cambridge, o presidiendo un congreso de su fundación homónima, mediante la cual vela por el medio ambiente.
Y si de aficiones se trata, la suya es el deporte. Ha participado en varios Juegos Olímpicos, con el equipo nacional de
De hecho, fue el amor por el deporte el que lo unió a Charlene Wittstock. Ellos se conocieron en el Encuentro Internacional de Natación de Montecarlo, del año 2000. Ella ganó la medalla de oro de 200 metros a espalda y él fue el encargado de colocarle la insignia.
Por otra parte, la preparación académica que ha llevado este miembro de los Grimaldi ha sido intensa y muy completa.
Tras estudiar con dos institutrices, Alberto cursó el bachillerato en el Instituto Alberto I y en el Saint Maur; y estudió ciencias políticas y económicas en el Amherst College, de (Massachusetts, EE.UU.
Además, estudió antropología, geología, sociología moderna, historia del arte, literatura inglesa y americana; alemán e italiano, según publica Efe, citando una biografía oficial del monarca.
Realizó prácticas financieras en la Banca Morgan, de Nueva York; de mercadotecnia, en la Morgan Guaranty Trust, en París; y amplió su formación en derecho internacional, en Nueva York.
En 1986, abandonó las actividades privadas para ejercer como jefe de Estado adjunto, de Raniero III. En 1993, presidió la delegación monegasca en las ONU. El 31 de marzo del 2004, Alberto asumió la regencia del Principado y, tras la muerte de su padre, el 6 de abril de 2005, se convirtió en príncipe reinante.