Nueva York (EE.UU). AFP Han perdido brazos, piernas y tobillos pero nueve sobrevivientes de ataques de tiburones se embanderaron en una campaña para sensibilizar a la gente sobre el riesgo que corren los mayores depredadores de los océanos debido a la acción del hombre.
El pasado lunes, los sobrevivientes se reunieron en las Naciones Unidas en Nueva
York para decirle al mundo que sus atacantes, como el gran tiburón blanco, necesitan medidas de protección urgentes.
Paul de Gelder, un buzo australiano quien perdió su mano y parte de su pierna derecha el año pasado cerca de la Bahía de Sydney, indicó que quería “levantar la voz por un animal que no podía hacerlo”.
La pesca intensiva está llevando a algunas especies de escualos al borde de la extinción. Anualmente, se cazan unos 73 millones de tiburones para satisfacer la demanda de sus aletas. “Estamos diezmando la población de tiburones solo por una taza de sopa”, indicó Gelder.
El Pew Environment Group, una organización ambientalista con sede en Washington (EE.UU), indicó que el 30% de las especies de tiburón se encuentran amenazadas o al borde de su extinción, mientras que no se sabe qué sucede con el 47% restante.
Los científicos sostienen que borrar a los tiburones del planeta, los cuales se encuentran en la cima de la cadena alimenticia del océano, crea un destructivo efecto en espiral en el ecosistema marino.
Por ejemplo: los tiburones se alimentan de aves marinas, por lo que una reducción en su número significaría un incremento en la población de estas aves, las que a su vez se comen los peces con que se alimenta el atún, lo cual genera presión y desequilibra el ecosistema.
Otro ejemplo es el gradual colapso de la vida en los arrecifes de coral una vez que el primer depredador es removido.
“Las ramificaciones en el ecosistema del océano son muy amplias”, indicó Matt Rand, director del programa de conservación de tiburones del Pew.
Pew está presionando para poner punto final al aleteo, una modalidad de pesca del tiburón en el que se le quita solo la aleta, arrojando el resto de la criatura moribunda al mar, y en favor de un endurecimiento de las normas para su caza en el mundo entero.