Convencido de la trascendencia y eficacia del movimiento cooperativo costarricense en el orden social, económico y democrático, he seguido sus pasos y la conducta de algunos de sus dirigentes por varios años. Los últimos seis han sido, sobre todo, una cátedra vivencial en el orden ético.
¿Por qué estos seis años? Porque, en este lapso, un grupo de cooperativistas se han propuesto salvar este movimiento para liberarlo de las garras de la política partidista malsana, capaz, de contaminarlo todo en aras de la indiferencia y la corrupción. Ojalá un día se escriba esta historia honrosa de observancia fiel, a la luz del artículo 97 de la Ley de asociaciones cooperativa, que dice así: “Corresponde al Infocoop llevar a cabo la más estricta vigilancia de las asociaciones cooperativas, con el exclusivo propósito de que estas funcionen ajustadas a las disposiciones legales”. ¡Ah, si en todas las instituciones públicas surgiesen dirigentes de esta talla!
Uno de los propósitos de esta lucha de Infocoop, en estos años, ha consistido en depurar la participación en los procesos electorales del cooperativismo para que solo intervengan los cumplidores de los deberes tributarios, contables, legales y morales. ¿Por qué? Porque en la limpieza y confianza del padrón electoral comienza todo. Primeramente, se eliminan “los cascarones” que mantienen su nombre en el Registro para que los “capos”, visibles o invisibles, hagan de las suyas. Un dato basta sobre la contaminación del cooperativismo: en los últimos tres años el Infocoop ha liquidado 203 cooperativas por razones legales o morales con base en el decreto ejecutivo 34734-MTSS de agosto del 2008 y en el Reglamento N.° 3726-A del mismo año. Los requisitos para estar a derecho son muy sencillos. Solo la mala fe y los intereses espurios los adversan.
¿Qué pasó con esta labor de depuración? Que la participación de las cooperativas en estos procesos electorales se redujo en un 50%. La maleza quedó fuera, lo que concitó contra los cooperativistas honrados y valientes la animadversión de los opositores. Pero la lucha ha seguido ante la Sala Constitucional, donde han fracasado. Uno de los últimos intentos consiste en inscribir 16 cooperativas escolares con niños, carentes de capacidad jurídica, y pedir a la Sala Cuarta que anule el padrón oficial, para que más de 600 cooperativas, ya desechadas, actúen “por la libre”. ¿Consecuencias? La desintegración del Infocoop y el retorno al relajo de años anteriores. El político que lidera esta acción contra el Infocoop participa en cinco organismos cooperativos que adeudan a esta entidad 2.500 millones de colones' Pregunta final: ¿por qué el Gobierno y los dirigentes del PLN no han actuado? ¿Qué los detiene?