EscucharLas denuncias sobre el estado de la educación pública, que tangencialmente afectan a la educación privada, junto con los logros habidos en ella en estos años, no constituyen notas contradictorias. Por el contrario, un examen objetivo de la situación nos indica que, pese a todo, estamos avanzando.
Se avanza cuando se eliminan vicios, se ataca la mediocridad y se dan pasos adelante en el orden la excelencia y aun cuando solo se toma conciencia de la necesidad de romper el cerco de la rutina. En ambos frentes se ha avanzado, gracias a la acción combinada de las autoridades de Educación y de algunos medios de información, conscientes de la trascendencia informativa de la educación. En este esfuerzo sobresale la necesidad del mantenimiento de un equipo unitario en el MEP, que logre guiarse por principios y políticas rectoras, capaces de hacerles frente a los adversarios del cambio en la educación nacional, provenientes, como se sabe, de la burocracia enquistada en el sistema y del gremialismo. Así ha sido preponderante que el ministro Garnier haya decidido llevar a cuestas la cruz de la educación pública por más de un periodo.
Uno de los problemas más preocupantes en la educación pública ha sido la desigualdad. Este tumor afecta la educación rural principalmente y sectores de la urbana. Así, según un estudio sobre el rendimiento de las 27 direcciones regionales del MEP en las pruebas del 2012, la promoción está condicionada a la posición geográfica con respecto al Valle Central, que favoreció a las escuelas del norte de San José (Moravia, Goicoechea, Coronado y Tibás), donde 82 de cada 100 estudiantes ganaron las pruebas. El rendimiento más bajo se obtuvo en Sarapiquí, en Heredia, con un 49%, en la zona norte, en la zona peninsular y en otras de parecido desarrollo. Asimismo, los colegios subvencionados y privados aventajan a los nocturnos y otros.
El tema de la desigualdad es amplio y se explica por diversas causas, no todas inherentes a la geografía o al ingreso familiar. Vale la pena, con todo, circunscribirse a un dato peculiar: el papel de la tecnología para contar con una información específica sobre el rendimiento en las pruebas nacionales y otros aspectos esenciales en la toma de decisiones. El uso de la información, según el ministro Garnier, es una materia pendiente en casi todos los países. Sus enemigos son los dirigentes de los gremios y el atraso técnico en esta materia, que soporta un rezago de varias décadas.
Igual que la CCSS y otras instituciones, el sistema educativo, incluido el público y el privado, debe ponerse al día en el orden tecnológico. La lentitud en este campo, factor de desigualdad y de injusticia, causa estragos.
