Si un conductor se sienta detrás del volante después de embriagarse con seis cervezas, se expone a una pena de entre uno y tres años de cárcel.
Sin embargo, si en lugar de tomar alcohol, fuma un cigarro de marihuana o se toma una pastilla de éxtasis, sus probabilidades de ser sancionado son casi nulas.
La modificación a la Ley de Tránsito, que convirtió la conducción en estado de ebriedad en un delito penal, omite la mención de otras drogas, ya sean legales o ilegales, por lo que conducir bajo sus efectos no se pena con cárcel.
Aunque la ley implementa una multa de ¢316.000 a quienes manejan “bajo la influencia de drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas u otras sustancias que produzcan estados de alteración y efectos enervantes”, nunca establece cuáles son los parámetros para determinar cuándo se considera que una persona está en esa condición.
No obstante, enfatizó en la importancia de que el país cuente con reglas específicas.
“Debería establecerse un parámetro técnico de qué concentración de cada droga se permite en la sangre, si es que se permite ”, dijo.
También indicó que los policías necesitan herramientas para detectar las drogas.
“En Holanda vimos unos aparatos que hacen la medición por medio de la saliva, pero aquí estamos totalmente en pañales”, dijo.
El coordinador general de Tribunales de Flagrancia, David Hernández, coincidió en que urge replantear el abordaje de este tema.
Según Hernández, nunca ha visto un caso de conducción bajo sustancias ilícitas.
“Después de tantos años como juez, nunca he visto que a una persona se le investigue por sospechar que conduce bajo efectos de drogas enervantes. Todos los casos están relacionados con licor”, aseguró el juzgador.
Esto ocurre pese a los peligros que representan las drogas como lo advirtió Luis Sandí, médico especialista en adicciones del Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA).
La marihuana, por ejemplo, se deposita en el cerebelo, el centro de la coordinación motora fina, y produce incoordinación motora.
“Según cuentan los pacientes y lo que hemos visto, estas drogas son un factor asociado a los accidentes de tránsito y esto se debe a que entorpecen las capacidades del conductor”, concluyó.