Dos caras muy diferentes tenía EE. UU. frente al “Consenso de Costa Rica”, la idea de Óscar Arias para que los países ricos perdonen la deuda de las naciones pobres que invierten en salud y educación, más que en armas.
Una cara, la que el Gobierno estadounidense exhibía en público, era receptiva y amable, como cuando el subsecretario de Estado, Tomás Shannon, le dio la razón a Arias y le dijo que los abogados en Washington estudiarían si su propuesta podía avanzar sin pasar por el Congreso.
La otra, la verdadera quizás, era la que los diplomáticos de ese país mostraban en privado, al criticar a Arias por el “sorpresivo simplismo” de su iniciativa.
“Crear incentivos para que los países en vías de desarrollo gasten más en educación y menos en sus ejércitos es una meta que vale la pena”, escribió el embajador, Mark Langdale, en enero del 2006.
“Pero proponer la creación de un programa parecido al HIPC (iniciativa para la reducción de la deuda de los países pobres) para los países de ingreso medio, sin un aparente vínculo con la sostenibilidad de la deuda, refleja una visión sorprendentemente simplista del funcionamiento y la importancia de los mercados financieros para Costa Rica y estos otros países”, aseveró el diplomático.
“La idea es que los países que hayan hecho mayor esfuerzo en materia de democracia, desarme, derechos humanos, sostenibilidad, reciban la cooperación que se merecen por esos esfuerzos”, manifestó Stagno en abril del 2006.
Arias, incluso, quería convocar a los países ricos para una reunión en Costa Rica con los Estados en vías de desarrollo.
Arias le reclamaba a Estados Unidos el hecho de que Costa Rica, por ser menos pobre que otros países, quedara excluida de la cooperación que da ese país.
Ese plan no fue bien visto por el embajador Mark Langdale, quien propuso distraer a Arias con otros asuntos regionales.
“Organizar un cónclave de deudores sería precisamente la señal equivocada que Costa Rica puede enviar y no sería útil para los intereses de Estados Unidos. Necesitamos proponer de manera activa un escenario de asistencia para Arias en el ruedo regional”, indicó Langdale.
Agregó: “Arias nos ha dicho que es moral e imperativo para el Gobierno de Estados Unidos, y es de nuestro interés, aumentar la ayuda externa. Desde el punto de vista de Arias, la moralidad parece imponerse sobre lo práctico”.