En medio de terremotos, guerras y enfermedades, aparecen 29 naves espaciales en el cielo, sobre las principales ciudades del mundo.
Sus tripulantes ofrecen lo que los humanos solo conciben en sueños: paz duradera sin diferencias de religión o política, y la cura de muchas enfermedades que han abatido a la Tierra por centurias.
París, Roma, Washington, Río de Janeiro, México D.F. ... millones de personas se convierten en testigos del mensaje que Anna, la líder de los alienígenas, transmite desde las alturas, en todos los idiomas, con su impecable “disfraz” humano.
¿Quién estaría dispuesto a rechazar semejante ofrecimiento cuando millones mueren de cáncer, guerras y desastres naturales?
En V, la nueva teleserie de Warner Brothers, hay un grupo autodenominado “la resistencia” cuyos integrantes no creen fácilmente en esas intenciones.
Considerada un remake de Invasión extraterrestre –emitida entre 1983 y 1985–, la trama de V se desarrolla entre el esfuerzo de los visitantes por atraer el beneplácito del mundo entero, y la lucha de la resistencia por desenmascarar su verdadero objetivo.
Nada muy alejado de su versión antecesora. Claro que, ahora, es Anna y no Diana –la alienígena comerratas– quien lidera a los visitantes, y en la versión moderna es Chad Decker, y no Mike Donovan, el periodista estrella.
La nueva versión empezó a ser emitida aquí el 6 de abril, por el canal Warner (WB: 05 en Cabletica; 44 en Amnet, 205 en Sky y 36 en Cable Visión), tras una intensa campaña de expectativa.
La publicidad incluyó tomas de las naves sobre las grandes capitales, cortos con el diplomático mensaje de Anna y un cronómetro que empezó a descontar las horas para el debut de la teleserie.
Las historias de alienígenas ocultos bajo forros de especímenes humanos han llenado el cine y la televisión desde que la tecnología permitió llevar a la pantalla esa eterna curiosidad humana por la vida en otros planetas.
En la pantalla chica sobran los ejemplos, que van desde la comedia Mi marciano favorito (transmitida entre 1963 y 1966), hasta la complejidad de archivos secretos planteada por la exitosa X Files (1993-2002).
En cine, la oferta es inmensa. Sobresale Encuentros en la Tercera Fase (1977), una de las películas más emblemáticas sobre el encuentro con extraterrestres, creación del genial Steven Spielberg.
The Arrival (1996), sorprendió con su historia del radioastrónomo Zane Ziminski, quien capta una transmisión del espacio, probablemente de vida en algún otro planeta. La mujer del astronauta (1999), cuestiona qué le pasó a la tripulación de un transbordador en los minutos incomunicados con la Tierra.
Siguiendo con el viejo esquema de Invasión extraterrestre, los nuevos visitantes modernizan sus fachadas aunque su apariencia real sigue siendo la de un reptil.
Apenas en el segundo capítulo, la oficial del FBI, Erica Evans (Elizabeth Mitchell, actriz recurrente de ER, y protagonista de series como Lost,Missing Pieces, Everwood y CSI), descubre que su compañero de tantos años de trabajo era un alienígena.
Si ya antes tenía dudas sobre las verdaderas intenciones de los visitantes, ahora está decidida a descubrirlos y a formar parte del creciente grupo de la resistencia.
Mientras tanto, Anna, la líder alienígena de espigada figura y cabello muy corto, repite su mensaje, en un afán de convencer a los principales líderes mundiales.
Su característica frase “Venimos en paz. Siempre” es el epílogo de un largo discurso: “...hemos estado explorando el universo con el único objetivo de encontrar alguna civilización con la que podamos compartir nuestros conocimientos.
“Para sobrevivir, nuestra especie necesita agua y recursos minerales, los cuales abundan en este hermoso planeta. A cambio, nosotros estamos dispuestos a compartir nuestros avanzados conocimientos tecnológicos y medicinales para conseguir el enriquecimiento de sus vidas en todas las áreas imaginables.
“Luego de que nos hayamos abastecido, nos iremos en paz, esperando haberlos ayudado a alcanzar su máximo potencial”.
Este mensaje ha calado en la mayoría de los terrícolas, quienes ven a los visitantes con simpatía pues creen que llegaron cuando más se les necesitaba.
A la agente Evans le costará convencer de que los extraterrestres planean infiltrarse en los gobiernos y controlar a la humanidad.
Evans jugará sus cartas con ayuda de un sacerdote (Jack Landry, encarnado por Joel Gretsch), y un alienígena disidente, Ryan Nichols.
En los próximos capítulos, veremos cómo el gobierno estadounidense da visas al primer grupo de alienígenas, con lo cual logra dibujar una sonrisa en Anna, conocedora de que este es el primer paso para controlar al mundo.
Los visitantes formarán un grupo llamado “embajadores de paz” para divulgar su mensaje por todo el planeta.
En la página de Warner (www.wbla.com/series/v/) ya abundan las primeras reacciones de los seguidores.
Algunos de ellos son veteranos que desean revivir las emociones que alguna vez sintieron con Invasión extraterrestre. Otros, más jóvenes, cayeron ante la creativa campaña de expectativa.
Una seguidora que se identifica solo como Silvia opinó muy críticamente sobre la nueva serie: “Después del primer capítulo, sigo pensando que Anna no le llegará ni a los tobillos a Diana (de la antigua serie), ni Chad Decker a Donovan”.
El mayor reto para los visitantes será convencer a sus fans de la televisión sobre las bondades de su guion y las destrezas tecnológicas de las cuales se espera que haga gala en pleno siglo XXI. Esto depende de los productores Scott Peters, Jeffrey Bell, Steve Pearlman y Jace Hall.
Ellos han echado mano de un elenco con amplia trayectoria televisiva.
Morena Baccarin, la líder de los visitantes, es una brasileña de 30 años, que estudió en la Juilliard School, en Nueva York. A Baccarin se le conoce por la aclamada serie Firefly y se le ha visto en producciones como Perfume (2001), Way Off Broadway (2001) y Death in Love (2008).
El plato está servido. Ya el tiempo dirá si V superará o no a su exitosa antecesora de los ochentas.