El público cayó rendido ante la calidad de The Alan Parsons Live Project

El ingeniero de sonido y músico inglés Alan Parsons dejó más que satisfechos a quienes llegaron anoche a la Tarima Kolbi, en La Sabana, para vivir el último gran concierto del Festival Internacional de las Artes (FIA) 2012.

Y no podía ser diferente, pues con el respaldo que le dan sus 43 años de carrera artística y dando fe del peso que su nombre tiene en la industria musical, Parsons supo cómo ganarse al público que se fue acercando a la tarima desde tempranas horas de la tarde.

Cerca de las 7 p.m., la gente esperaba ansiosa que empezara el concierto, al tiempo que sacaba sus celulares para poder inmortalizar el inolvidable show que estaban a punto de vivir.

Los más esperados. Con puntualidad inglesa, The Alan Parsons Live Project empezó a las 7 p. m. Bastó que Parsons saliera para que los seguidores estallaran en aplausos. El artista respondió con un “gracias, thank you”.

Temas como el famoso Don’t answer me, LaSagrada Familia y Snake Eyes fueron poniendo de manifiesto el talento y la versatilidad que Parsons y sus músicos demostraron en cada una de sus impecables interpretaciones.

Al tiempo que sonaban temas como Eye In The Sky, aumentaba la intensidad de la jornada, al igual que la energía, los aplausos y la ovación de un público que estaba rendido ante Alan Parsons y sus compañeros músicos.

Sin embargo, a las 8:25 p. m., los artistas abandonaron el escenario. Los ensordecedores gritos de “¡otra, otra!” no se hicieron esperar y lograron que Parsons regresara para complacer una vez más con su música cargada de rock.

Luego de una hora y 45 minutos de concierto, The Alan Parsons Live Project se despidió dejando a su público enardecido y, sobre todo, muy satisfecho.

Definitivamente, la invitación de este grupo fue uno de los mayores aciertos de este Festival, según dejó ver la gente con comentarios como ¡qué conciertazo!, ¡están solos! y ¡qué calidad!

Otros datos. La última visita del autor de Eye In The Sky fue en el 2005. Ese año vino en febrero y octubre, ambas citas tuvieron algo en común: espectáculos musicales de primer nivel y un público –que al igual que el de ayer– se deshizo en aplausos.

Alan Parsons trabajó como ingeniero de sonido en dos de las disqueras más grandes de la historia del rock: Abbey Road, de Los Beatles, y The Dark Side of the Moon, de Pink Floyd.