El TSE está contra el tiempo para confeccionar las 16.000 papeletas en braille requeridas para que personas ciegas, o con fuertes limitaciones visuales, elijan alcaldes, síndicos y concejales de distrito, el 5 de diciembre.
A menos de dos meses para las votaciones, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) todavía no ha contratado la impresión de este material electoral.
En un principio, el TSE planeaba contratar el servicio al Patronato Nacional de Ciegos (Panaci), el cual además ofrecería asesoría técnica para que las papeletas fueran totalmente legibles.
Personeros del órgano electoral se reunieron con el Patronato a fin de conversar sobre el tema y se estimó en ¢5 millones el costo de los materiales y los equipos.
Sin embargo, el mes pasado, el Panaci informó de que no podría colaborar con el proceso, dijo Eric Schmidt, coordinador del Programas Electorales del TSE.
“El 22 de setiembre nos comunicaron vía correo electrónico que se veían imposibilitados para ejecutar la impresión de los caracteres en braille”, explicó Schmidt.
En consecuencia, a finales de setiembre, el TSE abrió un concurso de urgencia para contratar a una empresa privada que confeccione las papeletas, con un presupuesto preliminar de ¢13,3 millones.
Los comicios requieren 5.250 papeletas en braille para elegir alcaldes; 5.250, para síndicos; 5.250, para concejales de distrito y 100, para los intendentes.
El proceso se complica porque se necesitan papeletas distintas en 81 cantones y ocho concejos de distrito, lo que demanda 473 diseños. En las elecciones de febrero, en cambio, se requirieron menos de 90 tipos de papeleta.
En vista de que no existe un registro exacto de las personas con discapacidad visual, el Tribunal envía un juego de papeletas en braille a cada una de las juntas receptoras de votos.
Según Alfaro, el Tribunal los contactó en julio y el Panaci lo que pretendía era servir de puente para imprimir las papeletas en las máquinas de otras entidades estatales que tienen capacidad para hacerlo y que, históricamente, han trabajado con el Patronato.
Sin embargo, continuó el funcionario, estas instituciones no tenían disponibilidad.
Alfaro agregó que, durante las elecciones de febrero, algunas personas no videntes calificaron de poco legibles las papeletas usadas en ese momento.
Al respecto, Héctor Fernández, director del Registro Electoral del TSE, sostuvo que su institución no recibió quejas de parte de los electores, sino únicamente del Panaci.
En las votaciones anteriores, la impresión de las papeletas en braille fue contratada a la empresa CR Braille por un monto de ¢19,7 millones, quien cumplió con los requisitos, dijo Schmidt. En ese momento, se imprimieron 24.000 papeletas.
Esa misma compañía es la única que se ofreció ahora para imprimir las papeletas y está en negociaciones con el TSE.