El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) diseñó un plan B para imprimir las papeletas de las elecciones de alcaldes en un taller privado, en caso de que surja una huelga en la Imprenta Nacional.
La primera opción del TSE es tirar los 6,2 millones de papeletas en la imprenta estatal, de cara a los comicios del domingo 5 de diciembre, pero la institución electoral teme que un movimiento de trabajadores ponga en riesgo el proceso.
Héctor Fernández, director de Registro Electoral del Tribunal, dijo que algunos funcionarios de la Imprenta Nacional “aprovechan para hacer amenazas de paros o huelgas” en las épocas previas a votaciones, con el fin de obtener beneficios laborales, aunque esa entidad siempre les ha cumplido.
La filial de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP) en la Imprenta Nacional negó que la confección del material electoral se atrase debido a movimientos huelguísticos.
Según el sindicato, las papeletas siempre se han entregado antes del tiempo previsto gracias a esfuerzos para poner al día la producción.
En este momento, enfatizó, no se vislumbran protestas, por lo que cuestiona la posición del Tribunal.
Además, agregó Fernández, pueden surgir contratiempos por incapacidades o desperfectos mecánicos, con el inconveniente de que en este proceso se requieren casi 500 tipos de papeletas distintas, pues se elegirán alcaldes, vicealcaldes, síndicos y concejales de distrito en cada cantón.
“Es un riesgo latente. Si no hay papeletas, no hay elecciones”, agregó Fernández.
Las papeletas deben ser impresas en el mes de octubre.
Por eso, el Tribunal realizó un estudio de mercado para encontrar una imprenta privada que pueda suplir parcial o totalmente las papeletas, si la firma estatal falla.
La cotización más favorable la hizo la compañía Formularios Standard, informó Fernández. Además del precio fijado por papeleta, el Tribunal le pagaría a esa empresa ¢1,5 millones por disponibilidad en caso de que no se requieran sus servicios.
Según el Director del Registro Electoral, la impresión de las papeletas costará unos ¢140 millones en la Imprenta Nacional y ¢400 millones en un taller privado.
Fernández sostuvo que esta contratación funcionaría como una especie de seguro.
Jorge Vargas, presidente de la Imprenta Nacional, afirmó que en este momento las relaciones son cordiales con el sindicato y no hay motivos de discordia, pero no se sabe qué pueda pasar en el futuro.
Sobre la decisión del TSE, dijo que “está en todo su derecho”.