Hace 28 años, la española María José Pérez experimentó una historia de amor que le cambió su vida por completo después de que conoció a su futuro esposo, el austríaco Hannes, en un viaje a Berlín, Alemania.
Desde entonces, ella dejó a su natal Salamanca para irse a Salzburgo, Austria, la capital mundial de la música clásica, que hace 255 años vio nacer a Mozart y es el lugar elegido por el turismo que llega a observar el famoso Festival de la Música, en agosto de cada año.
María José es, junto a su marido, la administradora de un palacio transformado en hotel, que una vez fue el hogar de la familia Trapp, base del inolvidable filme musical
“Esta fue la verdadera casa de la familia Trapp en Austria (en la década de 1930) y no la que salió en la película. Hay fotografías de la boda de la pareja (el barón Von Trapp y María) y del coro familiar que fundaron con 10 hijos”, declaró a sus 52 años, mientras mostraba las localizaciones originales donde se rodaron vistosos pasajes de música y baile.
La historia de María José formó parte del programa
Casualmente, aquí no solo se divulgan las peripecias y experiencias de los ibéricos, sino que brinda la historia, la política, la cultura, las costumbres, las fiestas y el arte culinario de cada uno de los cerca de 90 destinos de todas partes del mundo en los que ha estado el programa al aire, desde Chile hasta Australia, pasando por los cinco continentes.
El programa arrancó en España hace casi dos años, el 23 de febrero de 2009, aunque empezó a grabarse en noviembre del 2008. Antes se transmitió en otros espacios similares al de TVE, en Telemadrid, Canal Sur y Canal Nou.
“
Hablamos de gente anónima –acá no hay famosos– que se dispone a compartir cómo es cambiar radicalmente la existencia en su tierra natal para ser adoptados por otra. Además, enseñan lo mejor de sus patrias adoptivas.
“Es un
Se procura elegir a españoles que lleven mucho tiempo y conozcan bien los sitios, de manera que aporten un panorama más amplio. Son contactados a través de datos que provienen de Embajadas y Consulados, Casas de España, el Instituto Miguel de Cervantes, foros y restaurantes españoles.
Con una buena audiencia de tres millones de telespectadores cada martes en España, son muchos los que contactan a los productores y periodistas, como sucede con los familiares y amigos de los españoles expatriados.
“A los escogidos les decimos que viene un amigo de España que desea que le enseñe el lugar donde vive, que sea algo cercano y natural. Se espera que estén cómodos por ser personas que no están acostumbrados a la televisión. Son seis u ocho historias cercanas en cada sitio. Se combina el país con la vida de ese español”, dijo su reportero Luis Calero.
Entre las próximas emisiones están las de Siria, Filipinas, Guayaquil (Ecuador), Dubái (Emiratos Árabes), Ghana, Yucatán (México) y Pekín (China).
Y, por último, pequeños grupos de reporteros y camarógrafos recién grabaron otros programas especiales en La Habana (Cuba), Australia, Aspen, Colorado (EE.UU.) y, justamente, Costa Rica.
Dinamarca, Amsterdam (Holanda), París (Francia) y Lisboa (Portugal) figuran entre los programas más vistos. De los más lejanos, Domínguez citó a Kuala Lumpur (Malasia), Nueva Zelanda, Guatemala, Jalisco (México), Camerún e Islas Caimán. El financiamiento corre por parte de TVE, que es la que contrata cada programa, lo recibe ya producido y por un precio fijo, subrayó la directora.
“Nos hemos tirado en paracaídas sobre la Costa Azul, hemos hecho
“Hemos estado además en el Festival de Salzburgo (Austria) y en el de Edimburgo (Escocia), entrado en los túneles de Cu Chi, que quedan como vestigio de la guerra de Vietnam, hemos comido larvas de gusano, carne de perro, grillos y cucarachas fritas y pulpo vivo ...”.
“También hemos vivido el Día de la Reina en Amsterdam (Holanda), las noches blancas de San Petersburgo (Rusia), las maravillosas puestas de sol del Sahara, la Semana Santa de Ayacucho (Perú), el Carnaval de Nueva Orleans (EE. UU.), el Día de los Muertos en Jalisco (México), la fiesta de Halloween en Manhattan, Nueva York (EE. UU.). Hemos recorrido el mundo, de Patagonia a Polinesia, de Nueva Zelanda a Guinea Ecuatorial, de Namibia a Lituania, de Atenas (Grecia) a Kuala Lumpur (Malasia)”, rememoró.
De todos los españoles hubo una religiosa en Haití, la monja sevillana Teresa Ybarra, de 64 años, que impactó al equipo de producción de una forma especial.
“Grabamos el programa unos meses antes del trágico terremoto en Haití y cuando este ocurrió (6,9 grados en la escala Richter, el 12 de enero del 2010), nos pusimos de nuevo en contacto con ella para ver si podíamos ayudar en algo. Recaudamos unos $10.000 entre nosotros y nuestros conocidos, y fue un motivo de enorme satisfacción poder hacerle llegar este dinero para aliviar un poco las necesidades de ese pueblo que tanto ha sufrido”, reseñó con orgullo.
Pero nada de esto hubiera tenido sentido sin esos españoles que no olvidan sus orígenes y que un día decidieron dejarlo todo y perseguir su sueño lejos de la Madre Patria. Por ello