El hallazgo se basa en los datos recopilados por la sonda europea Venus Express , la cual vio que a unos 125 kilómetros de la superficie de ese planeta se alcanzan temperaturas de -175 grados centígrados.
Venus, según recordó la ESA, es famoso por su densa atmósfera de dióxido de carbono y por las altas temperaturas que esta provoca sobre su superficie. Sin embargo, esa capa es “mucho más fría” que cualquier otra región atmosférica.
El descubrimiento se realizó mientras se medía cómo se filtraba la luz del sol a través de la atmósfera de Venus, con el fin de determinar la concentración de moléculas de dióxido de carbono a distintas altitudes a lo largo de la línea de separación entre la parte iluminada y la parte en sombra del planeta.
“Los perfiles de temperaturas en la cara cálida iluminada y en la fría que se encuentra a la sombra son extremadamente diferentes a partir de los 120 kilómetros de altitud” , indicó Arnaud Mahieux, autor principal del artículo que presenta los resultados en el Journal of Geophysical Research.
Asimismo, la ESA destacó que al ser un hallazgo tan reciente, todavía deben comprenderse cuáles podrían ser sus repercusiones, pero sí considera que “es algo muy especial”, ya que no se han observado situaciones similares en la Tierra o en Marte.