Obras profanas y religiosas de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), paradigma del clasicismo austro-germano, formaron el programa del tercer concierto de la temporada oficial de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), celebrado el viernes 27, en el Teatro Nacional (TN).
Participantes. Dirigió el concierto, como invitado, el maestro sueco Carlos Spierer, quien se ha presentado en varias ocasiones con la OSN.
Como solistas participaron los cantantes nacionales Sofía Corrales, soprano, y Jorge Arturo Chacón, barítono, junto a la estoniana Monika-Evelin Liiv, mezzosoprano, y el estadounidense John Carlo Pierce, tenor.
Repertorio. Selecciones de las óperas Don Giovanni, KV 527, y Las bodas de Fígaro, KV 492, figuraron en la primera parte y, en la segunda, el Coro Sinfónico Nacional (CSN), que dirige el maestro Ramiro A. Ramírez, se unió a los solistas para interpretar el Réquiem en re menor, KV 626.
Versiones diligentes y atildadas de las oberturas orquestales de ambas óperas precedieron las selecciones cantadas.
Los acordes severos y compases ominosos al inicio de la obertura de Don Giovanni presagian el castigo ejemplarizante del disoluto, mientras que las cadencias animadas que siguen anuncian los lances entretenidos que marcan la acción de este ambivalente dramma giocoso.
En cambio, de principio a fin la obertura de Las bodas de Fígaro es todo regocijo y refleja la comicidad socarrona que caracteriza a Fígaro, el astuto ayuda de cámara del faldero Conde Almaviva.
Don Giovanni. En el dúo Ma qual mai s’offre, o Dei, con voz clara y tersa Sofía Corrales entró de inmediato en las circunstancias doloridas de Doña Ana cuando descubre a su padre muerto por la espada asesina del burlador, mientras los timbres delicados de John Carlo Pierce, como Ottavio, su pretendiente, intentan consolarla y él le jura venganza.
A continuación, Jorge Arturo Chacón proyectó tonos firmes y comunicó la ironía de Leporello, el criado de Don Juan, mientras pasa lista a Doña Elvira, que ha sido abandonada por el libertino, del número de conquistas amorosas de su amo: Madamina! Il catalogo è questo.
Con tonos finos, John Carlo Pierce transmitió el lirismo y ternura de Il mio tesoro intanto, aria en la que Ottavio pide a sus amistades que consuelen a Doña Ana y le aseguren que se mantiene firme en su juramento.
Modulaciones enérgicas, entonadas y decididas matizaron la voz potente de Monika-Evelin Liiv, cuando el personaje de la despechada Doña Elvira da expresión a sus sentimientos contradictorios, en el aria In quali eccesi, o Numi.
Las bodas de Fígaro. Jorge Arturo Chacón y Sofía Corrales mostraron emisión pulida y gracia escénica, en Cinque' dieci', el dúo inicial entre el práctico Fígaro y su prometida, la coqueta Susana, mucama de la Condesa.
Siguió la señora Liiv, en el personaje masculino del púber paje Cherubino, cuando canta ante Susana y la Condesa la canción que él compuso, Voi che sapete, en la que se interroga sobre los sentimientos que el amor despierta.
Las selecciones finalizaron con el trío cómico entre el Conde Almaviva (Chacón); el maestro de música, Basilio (Pierce), y Susana (Corrales), Cosa sento! Tosto andate, escena que complica los enredos de la trama de seducción y engaños.
Réquiem. En la segunda mitad de la función, Carlos Spierer, el mismo cuarteto de solistas, la OSN y el CSN forjaron una lectura emotiva y elevada del Réquiem.
En particular, el Coro alcanzó un desempeño laudable: el ataque pronto y resuelto; el sonido afinado, amplio y poderoso, o tenue cuando requerido. El maestro Spierer mantuvo un sopesado equilibrio a lo interno de las secciones corales y entre el conjunto coral, la orquesta y los solistas.
El público abarrotó el TN, recibió con beneplácito las selecciones orquestales y vocales y, al finalizar el Réquiem, ovacionó por largo rato a los intérpretes.