Loon, Filipinas. AP. El terremoto que sacudió el centro de Filipinas el martes y mató al menos a 144 personas asestó, además, un duro golpe al legado histórico y cultural de la región al destruir y dañar más de una decena de iglesias, algunas de ellas con siglos de antigüedad.
Mientras los socorristas llegaban ayer a algunas de las áreas más devastadas y la cifra de muertos continuaba subiendo, las imágenes de los edificios religiosos destruidos resonaban en esta nación asiática, donde el 80% de los habitantes son católicos.
El campanario de la basílica del Santo Niño, una iglesia del siglo XVI en la ciudad de Cebú –la más vieja del país y vestigio de la era colonial española– quedó convertido en un montón de escombros en el patio delantero.
Otras iglesias en la vecina isla de Bohol, epicentro del sismo y popular destino turístico conocido por sus playas, también fueron gravemente dañadas; algunas de ellas quedaron irreparables.
Difícil restauración. “La herencia de las viejas iglesias es muy querida para los boholanos”, dijo el gobernador de Bohol Edgardo Chatto. Afirmó que las autoridades tratarían de restaurar las iglesias históricas, pero que algunas podrían no volver a su estado original.
Emilia Dalagan estaba fuera de su casa cerca de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, un templo de 300 años en la isla de Panglao, cuando ocurrió el sismo.
La fachada, la parte trasera y el ala derecha quedaron destruidas. Se dice que la iglesia fue construida con corales cementados con cáscaras de huevo.
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