Siria vive en un estado de guerra civil que ha cobrado en los últimos dos años la vida de aproximadamente 80.000 personas, ha provocado el desplazamiento de un cuarto de su población (22,4 millones) y que 6.8 millones de personas sean dependientes de ayuda humanitaria.
De no resolverse el conflicto, se calcula que esta cifra podría llegar a los 10 millones a finales del año y el número de refugiados que han huido a los países vecinos se podría duplicar a 3 millones de personas.
En este conflicto las principales víctimas han sido los niños. Según cifras de la Unicef hay más de 2 millones de menores de edad que viven en la pobreza extrema, condición que es aprovechada para reclutarlos como soldados o peor aún utilizarlos como escudos humanos.
Expertos en la región han señalado que ninguna de las partes: gobierno, fuerzas opositoras y sus respectivos aliados, tiene la capacidad para salir victoriosa en las condiciones actuales, lo que significará más muerte y devastación especialmente de parte un gobierno dispuesto a todo por su sobrevivencia.
Se ha denunciado el uso de armas pesadas en forma indiscriminada en centros de población, y el uso de armas de destrucción masiva en un par de ocasiones. Esta última información manejada con extrema cautela por los Estados Unidos ante errores de inteligencia en el pasado. Otra preocupación real es que el conflicto se regionalice o bien se recrudezca por el componente religioso.
En los últimos días se han visto importantes y esperanzadoras movilizaciones diplomáticas. La Asamblea General de la ONU aprobó una nueva resolución de condena al gobierno sirio por la escalada en la guerra y graves violaciones de DD. HH., además reconoce a la coalición opositora como los interlocutores válidos para negociar una transición política. Dejan eso sí un sin sabor, las 59 abstenciones entre las cuales están Suráfrica, India y Brasil.
Resultan también positivos varios encuentros y visitas estratégicas especialmente en Washington y Moscú, que involucran a jefes de estado clave como Barack Obama, Vladimir Putin, David Cameron, Tayyip Erdogan y Benjamín Netanyahu, así como del secretario de Estado John Kerry y el secretario general, Ban ki-moon.
Una nueva conferencia de paz sobre Siria, por realizarse en Ginebra, será efectiva solo si se logra un compromiso real de las autoridades rusas, actualmente con una mejor actitud, pero aún con señales mixtas (venta de armas). Rusia, es sin duda la clave para negociar una hoja de ruta para una transición política viable y sostenible en Siria, esperamos con optimismo que la diplomacia triunfe.