Dos lapas, una verde y otra roja, trepan por el alambre de su nueva jaula, amplia y fresca. La roja, con confianza, “dice hola” a los visitantes. La verde, que perdió algunas de sus plumas, es un poco más nerviosa, y parece no gustar de la atención.
Estas dos aves son inquilinas temporales de la clínica veterinaria en el Parque Zoológico Simón Bolívar. Junto a ellas, mapaches, tucanes y un tepezcuintle reciben cuidados en nuevas instalaciones.
La Fundación Prozoológico (Fundazoo) inauguró ayer la remodelación de la veterinaria del parque, además de un nuevo recinto para las lapas rojas. Ahora, se cuenta con áreas separadas para cirugías y tratamientos, y un equipo de ultrasonido donado. A esto se le suma un laboratorio, una farmacia, y un área de observación y cuarentena para animales en recuperación.
Atención por maltrato. Así como las lapas de la clínica, tanto aves como mamíferos y reptiles llegan al Simón Bolívar en condición de abandono o maltrato, o decomisadas por las autoridades. Según el veterinario Randall Arguedas, estos representan más del 70% de los casos. “Muchos se vuelven a liberar. Si no quedan muy bien, entonces se pueden quedar acá”, detalló Arguedas. La mayoría de especies que llegan al zoológico son aves, aunque también llegan reptiles y mamíferos.
Por otro lado, las seis lapas rojas del parque ahora comen y juegan en un lugar mucho más amplio.
Las ramas y los troncos por donde trepan son más duraderos y tienen una protección contra los animales que pretendan subir al dosel de la estructura.
Estas mejoras son parte de un proceso que se inició hace 20 años, con el fin de dar una nueva cara al zoológico. En el 2012 se remodelaron los exhibidores de aves; además, se comenzó la construcción de nuevos recintos, dijo Yolanda Matamoros, directora de Fundazoo.
Ella detalló que estas mejoras se realizaron a través de las donaciones que reciben de la empresa privada, y ahorrando de su presupuesto ordinario.