El Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), adscrito al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), informó ayer a este diario de que detuvo la importación de productos y subproductos de origen animal para consumo humano, procedentes u originarios de Japón, ante la crisis nuclear en ese país. Sin embargo, la ministra del ramo contradijo ayer tal decisión.
Ligia Quirós, directora de Senasa, afirmó que también se restringirían bienes de países vecinos que puedan verse afectados por la crisis japonesa como China, Corea y Taiwán, según carta enviada el lunes (y en poder de La Nación) a la ministra del MAG, Gloria Abraham.
Abraham, sin embargo, enfatizó que la medida anunciada por Senasa sigue solo en “análisis”.
“En este momento se analiza la conveniencia del cierre temporal; análisis que se hace a partir de la carta de doña Ligia. Estoy clara de que hay una recomendación, pero insisto en que se haga un análisis técnico que justifique la medida”, enfatizó, ayer, la jerarca del MAG.
Esencialmente, de Japón se importan mariscos y productos de origen marino enlatados, la mayoría dirigidos a restaurantes.
“No me atrevo a decir estas cosas (que la decisión de Senasa se tomó por falta de experiencia). Tal vez se preocupó mucho y adoptó estas medidas pero muchas veces se debe considerar la dimensión de facilitación al comercio y cuando hay estas emergencias se pierde un poco esa perspectiva” dijo Abraham.
Quirós había dicho que la medida solo aplicaba para productos elaborados después del 11 de marzo, cuando un terremoto de 9 grados azotó Japón y luego causó un “tsunami” que dañó la central nuclear de Fukushima, lo cual desató la alarma ligada a los alimentos.
Bienes nipones que ya estén a la venta en el país, se encuentran exentos de la medida. Según datos oficiales, Costa Rica importó cinco toneladas de alimentos japoneses en el 2010, por un valor de $78.000.