Los cazadores de huevos de tortuga causan problemas ambientales que ponen en riesgo la supervivencia de la tortuga lora (
Oficiales de la Policía Municipal y la Fuerza Pública de Garabito hacen un llamado a instituciones educativas y a la comunidad para que los apoyen en el rescate de los huevos que depositan los animales.
Las tortugas desovan a lo largo de la playa desde julio hasta noviembre. En una sola noche, los policías pueden trasladar entre 500 y 1.000 huevos a un vivero ubicado en el Refugio de Natural de Vida Silvestre de Playa Hermosa-Punta Mala. Aun así, este esfuerzo no es suficiente porque los policías no cuentan con suficientes recursos y personal para patrullar durante toda la noche.
En ese sentido, Saúl Solano – jefe de la Policía Municipal de Garabito– pidió a las autoridades del Ministerio del Ambiente (Minaet) que amplíen el área de cobertura y abran otro vivero que esté más cerca de la comunidad, para así evitar la manipulación de los productos y colocarlos en la arena en el menor tiempo posible.
Sin embargo, en el refugio apenas permanecen de dos a cuatro guardaparques, quienes cuentan con ayuda de algunos voluntarios extranjeros.
Marco Vinicio García, guardaparque con 10 años de laborar en el Refugio de Playa Hermosa-Punta Mala, comentó que por noche tienen que proteger 14 kilómetros de playa y patrullar a pie para recoger los nidos antes que lleguen los “hueveros”. Por eso, García se suma al llamado para que las comunidades se unan y colaboren con esta labor de protección de los huevos.
En el Refugio Natural de Vida Silvestre de Playa Hermosa-Punta Mala ya hay más de 43.000 huevos distribuidos en 457 nidos y, con la colaboración de voluntarios, se les da protección y seguimiento para que apenas nazcan las tortugas puedan ir a la playa.
De estos nacimientos, solo el 1% llega a la edad de adulta. Debido al bajo índice de supervivencia, se requiere proteger esta especie.
Cada nido puede tener un promedio de 100 huevos, los cuales venden a un precio de entre ¢100 y ¢200 la unidad. De esta manera, pueden estar generando desde ¢20.000 hasta ¢80.000 por noche. Entre los principales clientes están los vecinos o dueños de bares que incluso se los encargan a estas personas.
Aunque es un delito penal, el trámite que deben hacer las autoridades es un tanto engorroso para procesar a un “cazahuevos”.
Por esta razón, se requiere compromiso de la comunidad para que se integre en las labores de conservación de los nidos; lo que se pretende es formar un comité de protección de la tortuga lora.
Por su parte, oficiales de la Policía Municipal, como Luis Miguel Madrigal, están muy complacidos con el trabajo que realizan a favor de esta especie de tortuga y afirmaron que no van a dejar de perseguir a los que pretendan saquear los nidos en las mismas playas.