18/08/2012 Final de la olimpiada nacional de robtica. Casa del Cuo. Antigua Aduana.Andrey Ceciliano /Alonso Tenorio (Alonso Tenorio)
Una voz amplificada por el micrófono llamó a los robots 42 y 37 a las mesas de competición y, con ello, se inició la final de la III Olimpiada Nacional de Robótica.
Los seis jóvenes, tres por equipo, se acercaron y colocaron el robot que construyeron durante las eliminatorias, el pasado fin de semana, para ser evaluado por los ocho jueces que seguían atentos sus movimientos.
Ese justo momento se convirtió en la síntesis de meses de preparación, en los que la disciplina se forjó a base de prueba y error.
“A veces uno prueba el robot y todo le sale perfecto. Lo vuelve a probar y no sale. Uno se pregunta en qué está fallando y se vuelve cansado, pero hay que tener muchísima paciencia”, comentó María José Coto, del Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR).
Ayer, en la Casa del Cuño, en la Antigua Aduana, se disputó la final de la categoría C, la cual reúne a jóvenes de entre 16 y 19 años.
Luego de tres rondas de competición, Andrey Ceciliano y Luis Andrés Chávez, del Centro Nacional de Electrónica del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), se impusieron a 16 equipos que llegaron a disputar uno de los tres cupos para participar en la Olimpiada Internacional de Robótica, la cual se realizará del 9 al 11 de noviembre en la ciudad de Kuala Lumpur, en Malasia.
Los otros dos cupos, correspondientes a las categorías A (menores 12 años) y B (colegiales de 13 a 15 años), se disputarán hoy desde las 3 p. m. La entrada es gratuita y está abierta al público.
La Olimpiada Nacional de Robótica es una iniciativa del Ministerio de Ciencia y Tecnología (Micit), la Universidad de Costa Rica (UCR) y el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR), con el apoyo del Banco Nacional, Intel, LEGO Educations, National Instruments, el Colegio de Ingenieros Eléctricos, Mecánicos e Industriales (Ciemi), Conducem y la Fundación Quirós Tanzi.
La blanca superficie exhibía un trazado que conectaba los puntos donde yacían unos cubos amarillos, azules, rojos y negros.
El robot debía tomar el cubo más grande y buscar el cubo más pequeño del mismo color. Al hallarlo, debía introducir uno dentro del otro.
A este tipo de robot se le conoce como Van Gogh, ya que su misión es trabajar a partir de colores.
“No crea, cuesta bastante porque, como son tantas opciones y posibles combinaciones, es muy difícil acertar. Además, hay que estar preparado para cualquier combinación que a uno le pidan”, dijo Cristian Ramírez, del ITCR.
“Aquí lo que cuenta es el diseño, la programación y el control que los muchachos hagan del robot para que este logre cumplir el reto al 100%”, comentó Alejandra Sánchez, de la Escuela de Ingeniería Mecánica de la UCR y organizadora de la Olimpiada.
Esta olimpiada forma parte de las actividades del Mes de la Ciencia, que es impulsado por el Micit y trata de acercar a los niños y jóvenes a la ciencia, para, de esa manera, promover que estudien carreras en esta materia.
“A la hora de aplicar una serie de principios matemáticos, físicos y ópticos, se ve que los principios de la ciencia y la tecnología se integran fácilmente en algo muy concreto, muy práctico, y que además divierte”, comentó el ministro de Ciencia y Tecnología, Alejandro Cruz.
“Es que la ciencia abstracta es difícil que conecte a la gente, pero la ciencia concreta motiva a trabajar en equipo, se comparten experiencias, se conocen a otras personas, y eso crea un entorno que promueve las vocaciones científicas”, añadió Cruz, quien asistió a la actividad.