Paraíso, Cartago. El impacto de las crecientes del río Reventazón, sobre la ribera izquierda del valle de Ujarrás se “comió” el camino Luisiana, que pasa detrás de las ruinas del templo colonial franciscano, situación que atemoriza a vecinos y finquero.
El cauce del Reventazón les ha robado terreno y a ellos les preocupa que el problema se agrave.
La Nación ha publicado dos reportajes de este caso, a partir de una resolución de la Sala Constitucional que ordenó a la Municipalidad de Paraíso y a la Comisión Nacional de Emergencia (CNE) solucionar ese socavamiento.
El principal argumento es que podría poner en peligro las ruinas del santuario erigido por los frailes franciscanos y que hoy son patrimonio arquitectónico nacional.
El alcalde de Paraíso, Jorge Rodríguez, estimó que para impedir que las aguas continúen lavando la margen izquierda se necesitan obras que costarían alrededor de ¢1.000 millones.
“Esto (la inversión) está fuera de nuestro alcance porque sería destinar el presupuesto de un año a ese trabajo, máxime ahora que el cantón fue golpeado con inundaciones y avalanchas. Tenemos muchos damnificados, a los que ayudar”.
Rodríguez manifestó que ya solicitó la intervención del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT y de la CNE.
“Hay que tener paciencia ya que estas entidades nos están ayudando mucho en este momento y espero que apenas se salga de la emergencia que vivimos poder entrarle al caso Ujarrás”, destacó el alcalde municipal.
Vecinos de esa comunidad, encabezados por Roberto Solano, hicieron llegar a Rodríguez y al Concejo paraiseño una solicitud de intervención.
La CNE informó de que han pedido un informe técnico sobre esta situación a la Escuela de Geología de la Universidad de Costa Rica para poder sustentar su intervención en este caso.