Rigurosa aventura

Yehudi Monestel

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mazalri22@gmail.comCorría el año 1920 en La Habana, Cuba. La compañía de ópera de Adolfo Bracale presentaba El trovador , de Giuseppe Verdi. El tenor Enrico Caruso, el más grande de todos los tiempos, se rehusaba a cantar por molestias en su voz. Bracale, acongojado, pidió a Melico Salazar que lo sustituyera y éste se negó en redondo.








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