La rigurosidad del protocolo limitó ayer al príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, a repartir solo sonrisas y apretones de manos entre quienes tuvieron la oportunidad de estar cerca suyo en su primer día de actividades en el país.
Tal y como estaba establecido en el programa de la Casa Real Española, Don Felipe no dio ninguna declaración a la prensa.
Su sonrisa fue lo único que se pudo captar a través de los lentes fotográficos y las cámaras de televisión mientras posó con sus invitados en todas y cada una de las fotografías oficiales.
Las pocas palabras estuvieron reservadas para la presidenta electa, Laura Chinchilla, con quien desayunó a primera hora de la mañana en el Hotel Barceló San José Palacio.
También conversó en brevísimas audiencias con un grupo de heredianos y funcionarios de Radio Nacional de España, con un selecto grupo de invitados al almuerzo en la residencia del embajador español, Arturo Reig, y con representantes de la colonia española.
Don Felipe de Borbón, de 42 años de edad, estuvo todo el día rodeado de un estricto cordón de seguridad que lo acompañó desde Cádiz, su puerto de embarque en España, para participar del traspaso de poderes que se realizará hoy en La Sabana.
De todas las delegaciones invitadas, la española fue una de las primeras en llegar al país (el jueves a las 8 p. m.) y la que más tiempo permanecerá aquí pues está programado que el avión de la Fuerza Aérea Española salga hoy, alrededor de las 3 p. m., rumbo a Madrid.
Es su cuarta vez aquí como invitado a un traspaso de poderes. Al contrario de que sucedió cuatro años atrás, cuando la agenda lo llevó a visitar una escuela en Desamparados, donde estuvo rodeado de niños, en esta ocasión no hubo ninguna actividad que lo llevara a tener contacto con comunidades.
Muy pocos pudieron verlo y hablarle. Una de las afortunadas fue Anabelle Chaves, vicepresidenta del Hermanamiento de Ciudades.
Según contó Chaves después del encuentro, el grupo de la Municipalidad de Heredia y del Hermanamiento invitó al Príncipe a visitar la provincia, lo cual él prometió hacer tan pronto pueda.
De los heredianos, Don Felipe se llevará a España café producido por Coocafé, una cooperativa local; un libro con fotografías de la provincia, el título de “ciudadano de honor de Heredia” y dejará su nombre para bautizar el polideportivo de la Ciudad de las Flores.
Hoy el Príncipe heredero participará en la ceremonia en que Óscar Arias entregará la presidencia a Laura Chinchilla.
Quizá ahí más ticos puedan gritarle: ¡Felipe!, y enviar saludos a su esposa, la princesa Letizia.