El presidente del Partido Liberación Nacional (PLN), Bernal Jiménez, resiente la lejanía del Poder Ejecutivo con los líderes del Partido. El político, de 83 años, afirma que está dispuesto a colaborar con el Gobierno, siempre y cuando lo llamen, aunque acepta que el Ejecutivo lleva su política económica por caminos lejanos al suyo.
Además, acusa una intromisión de la Sala Constitucional en el Poder Legislativo. Jiménez conversó con
Lo primero que quiero decir es una cosa mucho más seria que el plan fiscal, y que se refiere a la gobernabilidad del país, que está afectada por acciones como estas (acciones de inconstitucionalidad) y por funciones que está llevando la Sala Constitucional, que en mi opinión no le corresponden. Creo que está afectando una norma pétrea de la Constitución en que radica la organización del Estado moderno: la separación de poderes (...). Corresponde a la Asamblea darse su propio reglamento, y, de ninguna manera, otro poder del Estado debe interferir en la normativa interna de otro poder.
En mi criterio, no cabe de ninguna manera (la acción), y este criterio de derecho constitucional, y yo no soy abogado, no es solo mío, es del presidente de la Corte, Luis Paulino Mora, y del expresidente de la Sala Constitucional, el exmagistrado (Fernando) Solano, que lo expresaron en el 2005 en la sentencia de minoría, en la que el voto de cuatro magistrados suspendieron la aplicación del plan fiscal en el 2005.
Así es.
Por supuesto. A mí no me da temor decir que no es la función de una Sala Constitucional, y aquí hay una clara interferencia.
Este país tiene una urgencia de dos cosas: la primera es aumentar los ingresos fiscales y hacer una reforma realmente progresiva; y la segunda es hacer un sistema tributario moderno para mejorar la administración poniendo recursos, capacitando a la gente, haciendo una entidad moderna y fuerte en la administración.
Reúne dos condiciones fundamentales para mí: una que establece el impuesto del valor agregado (IVA), y eso es una modernización que existe en todo el mundo avanzado, y además se modifica el impuesto a la renta (...). Lo que a mí me interesa es que esto se apruebe.
Sí, así como está.
Creo que no, es decir, creo que sí aguanta, pero eso no quiere decir que le convenga. Deberían buscarse alternativas de ingresos.
Si se acepta lo de la Sala, me parece que no conviene que el país espere año y medio.
Yo no quiero ofender a nadie, pero a mí me parece que en general no hay el mismo espíritu de servicio público que teníamos en el pasado. Todo lo que usted ve en los casos de los alcaldes es el ejemplo de que alguna gente entra al Gobierno no con el espíritu de servicio. Claro que son pocos, felizmente, porque, si usted mira la cantidad de alcaldes que tiene Costa Rica, la mayoría son gente honorable y recta.
Se manejaba mejor antes, es decir, también se ha aumentado la complejidad. Hay que ser justo: es mucho más difícil el manejo del país ahora que antes; desde el punto de vista económico, ahora hay mucha más influencia del exterior.
Don Francisco Orlich, José Figueres, Daniel Oduber.
Yo creo que nosotros debemos prestar atención en programar el futuro del país, no en el día con día. Un estadista programa hacia el futuro. La misión es cómo vamos a desarrollar el país. El papel de la Oficina de Planificación no es lo que tuvo. Esta oficina tenía proyecciones hacia el futuro, en ese sentido creo que el país no ha avanzado.
Así es, yo he insistido mucho en la capacitación. Las bases del país nos reclaman a Liberación las capacitaciones que había en el pasado. En enero abriremos las puertas de la escuela Rodrigo Facio, que estuvo cerrada por mucho tiempo.
Sí, se descuidó.
(Se queda en silencio un momento) Nada. El Gobierno se ha apartado de la coordinación con el PLN. Sí tengo una relación cotidiana con la fracción, con el jefe de fracción, con los diputados tengo una relación. Con el Poder Ejecutivo..., si me llaman, con mucho gusto. Al principio sí me llamaban y doña Laura me invitaba a la Casa Presidencial.
Dentro del gobierno de Pepe Figueres teníamos muchos problemas cambiarios. Recuerdo que yo estaba en Washington cuando me llamaron, y vine a hacerle frente al Banco Central. El Gobierno estaba en dificultades terribles porque hubo un problema cambiario y me llamaron para eso en el año 1973. Yo tenía 27 años en ese momento y me desempeñaba como presidente del Banco Central y como ministro de Hacienda.
No creo que sea por mi edad, es porque ellos quieren manejar la política económica independientemente de mi pensamiento. Me atrevo a decirle que el país debe sacudirse de ciertos aspectos de la Sala Constitucional, pues hay una violación a normas constitucionales pétreas fundamentales, como lo es la intervención de un poder en otro.
He estado disponible a que me consulten. Si usted me pregunta, le contesto con la verdad: tengo mucha relación con la fracción, individualmente con los diputados, pero no con el Poder Ejecutivo.
Yo voy adonde me inviten.
Me parece que debe enfocarse. Yo veo lo que hablamos antes: no se puede hacer un gobierno atacando los problemas cotidianos. Hay que hacer una visión a largo plazo. No veo el papel de planificación que tiene una ministra muy inteligente, muy formada y muy capaz, pero no sé si ella tenga peso político en la política económica.
Cualquier Gobierno debe tener una visión a más a largo plazo.