Sí usted es mujer y un día se topa a la Presidenta, tendrá que hablarle fuerte, porque su oído izquierdo pierde cada vez más la capacidad de escuchar los sonidos agudos.
“Cuando era joven, con 20 y tantos años, me invitaron a un campo de tiro una gente aficionada. Me pusieron una arma de grueso calibre para que yo disparara y yo de babosa no me protegí. Un descuido. Ese impacto me dejó resonancia permanente y ha habido un deterioro. Me hice una audiometría hace un año y sí está muy bajo”, contó este miércoles.
Ahora se sabe por qué en varias conferencias de prensa pide repetir la pregunta o incluso contesta algo que no es con precisión lo que se le ha pedido. “¡Qué verguenza, voy a tener que pedir unos parlantes poderosos”, dijo riéndose de esos episodios.
La Mandataria reconoció que el problema empeora con el tiempo. “Pero me la juego sobre todo con el derecho”, advirtió.
Quizá sea entonces el sentido del oído el único que se recarga sobre su lado derecho, pues la Presidenta es zurda. Escribe con la izquierda, come con la izquierda, gestualiza más con la izquierda y dispara con la izquierda. Más bien disparaba.
¿Y tenía buena puntería?
La verdad es que no lo he vuelvo a intentar, pero sí la tenía. Me apoyaba en la izquierda.