Los pesticidas están perjudicando a las abejas reinas y sus colmenas, insectos encargados de polinizar muchos de los cultivos de importancia comercial, como melón, café, sandía, almendra, pepino, fresa y melocotón.
Desde hace varios años, la ciencia está preocupada por el descenso en la cantidad de abejas en todo el mundo. En el Reino Unido, incluso, tres especies ya han sido declaradas extintas.
Ayer, dos grupos de científicos, uno del Reino Unido y otro de Francia, publicaron en Science las conclusiones de sendas investigaciones donde infieren que los pesticidas del tipo neonicotinoides afectan a las abejas.
Estos químicos son diseñados a partir de la nicotina y afectan el sistema nervioso del insecto.
Más específicamente, los científicos detectaron que un pesticida llamado imidacloprid ralentizó el crecimiento de los panales.
Así, un panal creado por abejas expuestas a este pesticida es entre 8% y 12% más pequeño que los panales de control con abejas que no fueron expuestas al químico.
Además, estas colonias produjeron 85% menos de abejas reinas.
“Este último descubrimiento es particularmente importante porque la producción de reinas se traduce directamente en el establecimiento de nuevos nidos después de la muerte del invierno. Entonces, 85% menos reinas podría significar 85% menos nidos en el año siguiente”, dijeron los científicos de la Universidad de Stirling en un comunicado de prensa.
El equipo científico expuso colonias de abejorros comunes (Bombus terrestris) a niveles bajos de imidacloprid, dosis comparables a las que las abejas reciben con frecuencia en la naturaleza.
Después, los científicos pusieron las colonias en un lugar cerrado donde por seis semanas pudieron buscar comida en condiciones naturales.
Llevaron un grupo de control que no expusieron al pesticida y al final pesaron cada nido, incluidos los insectos, la cera, la miel, las larvas y el polen.
Segundo caso. El segundo estudio fue realizado por científicos del Instituto Nacional para la Investigación Agrícola de Francia.
En este caso se utilizó el pesticida llamado thiamethoxam y se llegó a la conclusión de que las abejas expuestas a este químico se desorientan y mueren, pues no encuentran su colmena.
Los franceses llegaron a esta conclusión usando chips que colocaron en los insectos para rastrear sus movimientos.
Las abejas afectadas por el químico tuvieron de dos a tres veces más probabilidades de morir fuera de sus colmenas que los insectos que no fueron expuestos al químico.
Los franceses sospechan que el pesticida interfirió con el sistema de orientación de las abejas.
Además, los científicos usaron los datos de ese experimento para crear un modelo matemático que predijera el futuro de la abejas expuestas al tóxico.
Ese modelo indicó que las poblaciones expuestas pueden disminuir, incluso, hasta un punto irrecuperable.
Los neonicotinoides se utilizan en todo el mundo para proteger cosechas. Según el sitio electrónico del Servicio Fitosanitario del Estado, en Costa Rica no están prohibidos. La Nación solicitó una entrevista con funcionarios de esa entidad, pero, al cierre de edición, no habían respondido.
A los fabricantes de neonicotinoides se les exige que sus dosis estén por debajo de los niveles letales para abejas, pero los parámetros para determinar ese nivel de mortalidad probablemente han subestimado la forma en que los químicos pueden matar abejas indirectamente: por ejemplo, al interferir con sus sistemas de orientación y modificar su conducta, dijeron los científicos.