El fósil de un pez que habitó las aguas de lo que hoy es Australia –hace 380 millones de años– reveló que estos animales acuáticos tenían músculos abdominales.
El fósil de un pez que habitó las aguas de lo que hoy es Australia –hace 380 millones de años– reveló que estos animales acuáticos tenían músculos abdominales.
Un equipo de paleontólogos de Suecia, Australia y Francia logró dibujar el sistema muscular de un pez llamado Gogo a partir de un ejemplar fosilizado, hallado en la formación del mismo nombre, al noroeste de Australia.
La existencia de músculos en la zona abdominal era una característica que solo se conocía en animales terrestres, por lo que este descubrimiento sugiere que estos tejidos aparecieron en etapas mucho más tempranas de la evolución.
Este descubrimiento ayudará a los científicos a comprender mejor cómo los músculos del cuello y los abdominales evolucionaron durante la transición de los vertebrados sin mandíbulas hasta aquellos que sí las tenían.
Los fósiles de peces hallados en la formación de roca sedimentaria Gogo son de gran valor para los científicos, por su excelente estado de conservación.
La investigación se publicó en la más reciente edición de la revista Science .