Por un lado, estaba Sonia Zamora, separada desde hace cuatro meses de la fracción del Partido Liberación Nacional (PLN) y unida al resto de mujeres regidoras de San José –sin importar su partido– y al libertario Ólger Lawson.
Por el otro lado, estaba el resto de los varones, apoyando a Luis Murillo, también del PLN.
Estos dos liberacionistas estuvieron ayer a punto de medir fuerzas en público en el Concejo Municipal de San José para obtener su presidencia.
Sin embargo, con su alianza, Zamora se aseguró siete votos. Sabiendo bien que con seis bastaban para ganar la batalla, dio declaraciones a la prensa desde antes del inicio de la sesión como si fuera la presidenta electa.
La presión fue evidente y, a pesar de la nominación de sus compañeros, Murillo tuvo que renunciar públicamente a sus intenciones, en medio de la sesión.
“Todo tranquilo. Adelante enderezamos esto. Muchas gracias por la llamada, don Rodrigo (no dijo apellido)”, dijo Murillo después de la elección de Zamora, acercándose a la prensa mientras hablaba por su teléfono celular.
Durante la sesión solemne, indirectas sobre presiones, chismes y el deseo de hacer “una política diferente” fueron parte de los discursos de los dos bandos.
“Hay gente buena en el PLN, contra todos mis pronósticos”, dijo con tono muy serio la regidora del Partido Acción Ciudadana (PAC) Eugenia Bermúdez al explicar por qué había apoyado a Zamora.
Su copartidario, Daguer Hernández, no tomó la misma decisión, enseñó el voto a los asistentes y lo anuló, con visible disgusto y un “DAGUER” escrito en la papeleta.
En la elección siguiente, la de vicepresidente del Concejo, Hernández fue promovido por el mismo grupo que había estado apoyando a Murillo unos minutos antes. Siguiendo un guion previsible, también declinó públicamente la oferta sin dar mayor explicación.
Así, la coalición que unió a regidoras del PLN, el PAC, Accesibilidad Sin Exclusión y el Movimiento Libertario también tuvo vía libre para elegir en ese puesto a Ólger Lawson, el único hombre del grupo. Esto pareció generar más molestia en Luis Murillo que su propia derrota personal, al punto que no disimuló que votaba en blanco e hizo comentarios sotto voce, cuestionándolo, al lado de la prensa.
El alcalde municipal, Johnny Araya, del PLN, no estuvo en la sesión. Tomó vacaciones, salió del país y regresa el fin de semana.