El crecimiento en la actividad económica durante el último año tuvo eco en el mercado de tarjetas de crédito, donde se observó un aumento en la cantidad de plásticos que están en circulación.
Entre abril del 2011 y el mismo mes del 2012, el número de plásticos en circulación aumentó un 12%, y la deuda total ascendió a ¢604.500 millones, según el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC).
Este auge en la cantidad de tarjetas coincide con un mejor crecimiento de la actividad económica, que aumentó un 7,2% en abril respecto a un año antes.
Específicamente, la actividad de los servicios financieros y seguros se incrementó en abril un 8,4% respecto al mismo mes del año anterior, casi cinco puntos porcentuales más de lo que crecía en enero del 2011.
Este comportamiento lo perciben los mismos emisores.
Para Jorge Bonilla, director de Banca Personal del Banco Nacional, el aumento en la colocación de tarjetas de crédito en este banco responde a dos factores: dinamismo de la entidad en la colocación de plásticos dentro de sus clientes actuales y una mejor percepción de la ciudadanía sobre la situación económica. El Nacional es el tercer emisor por tipo de tarjetas, detrás de Credomatic y banco Citi.
“Normalmente cuando la situación económica no anda bien, los clientes tienden no solo a consumir menos, sino también tienden a financiarse menos. Esto fue evidente durante la última crisis”, manifestó Bonilla.
La deuda con tarjetas de crédito también es menor, en comparación con la producción En abril del 2011 representaba 2,8%; este año dicha proporción se redujo a 2,7%, explicó el economista Ronulfo Jiménez.
“En relación con el tamaño de la economía, no ha existido un incremento del endeudamiento por medio de tarjetas de crédito. Más bien se observa una reducción en el apalancamiento de las personas con respecto a la evolución del ingreso”, comentó el analista.
Sobre este tema, los emisores de tarjetas defienden la manera en que otorgan esos créditos.
Bonilla, del Nacional, y Lisandra Chaves, encargada de Relaciones Públicas del Citi, argumentan que los emisores de tarjetas tienen controles especializados sobre riesgo crediticio, donde se estudia la capacidad de pago de la persona y sus niveles de endeudamiento, minuciosamente.