Cancún, México (AFP). La negociación sobre cambio climático de Cancún empezó sus trabajos el martes para acercar posiciones, a menudo muy distantes, en cuestiones como deforestación, ayuda financiera a países pobres y reducción de emisiones de CO2, antes de la llegada de los ministros la próxima semana.
El éxito de este proceso, iniciado por Naciones Unidas en la Cumbre de la Tierra de Rio de Janeiro en 1992, está principalmente en manos de Estados Unidos y China, los dos mayores contaminantes del planeta.
Ambos suman cerca del 40% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero y por el momento se oponen a un compromiso jurídicamente vinculante de reducción.
Sin embargo, el negociador jefe de Estados Unidos, Jonathan Pershing, aseguró que las posiciones de Washington y Pekín se están acercando.
"Hemos gastado mucha energía en los últimos meses para trabajar sobre nuestros puntos de desacuerdo e intentar resolverlos. Tengo la impresión que hemos progresado", afirmó. Y consideró que Cancún sólo tiene posibilidades de éxito si "nuestros dos países llegan a un acuerdo".
La posición de Estados Unidos en estas negociaciones es delicada. El presidente Barack Obama no logró hasta ahora que el Congreso aprobara su intención de reducir sus emisiones en 2020 del 17% respecto al nivel de 2005. Esta situación se ve ahora agravada por la victoria republicana en las elecciones legislativas del 2 de noviembre.
Pekín espera por su parte que la conferencia de Cancún "dé frutos reales" en cuestiones clave, afirmó el jefe de los negociadores chinos, Su Wei, citado por la agencia China Nueva.
Aludió a la reducción de emisiones, la adaptación a los efectos del calentamiento global, la transferencia de tecnología y financiación de los países industrializados a las naciones en desarrollo y, sobre todo, el establecimiento de cimientos sólidos para una futura negociación que logre, idealmente el próximo año en Durban (Sudáfrica), un acuerdo internacional legalmente vinculante.
Una de las cuestiones que más preocupa a los países en desarrollo es la falta de atención dedicada a un eventual segundo periodo de compromisos bajo el Protocolo de Kioto, cuya primera etapa expira a finales de 2012.
Ante la dificultad para concluir un nuevo tratado vinculante, estos países insisten en conservar el único instrumento legal existente. Sin embargo, algunos países industrializados -como Canadá, Australia y sobre todo Japón- son contrarios a esta opción.
"Si no tenemos una decisión clara en este tema en Cancún será imposible tomar decisiones en otros temas", explicó el jefe negociador de Brasil Luiz Alberto Figueiredo.
Para hacer agilizar la negociación, la presidencia de uno de los grupos de trabajo elaboró un texto que resume los puntos clave que se espera avanzar en Cancún.
Sin embargo, este documento ya recibió críticas de delegaciones como la de Bolivia, que considera que "minimiza la necesidad de adoptar un segundo periodo de compromisos parar el Protocolo de Kioto".
El embajador de Bolivia ante la ONU, Pablo Solón, denunció asimismo la "irresponsabilidad" de los países ricos en esta negociación, que, según afirmó, no sólo no incrementan sus compromisos de reducción de emisiones sino que incumple los ya adoptados por el Protocolo de Kioto.
"Si esta situación continúa Bolivia dará el paso a nivel legal", llevando a los países concernidos ante la Corte Internacional de Justica, afirmó.
También los ecologistas de la plataforma CAN (Climate Action Network, red de acción climática) lamentaron que "paradójicamente, la mitigación (reducción de emisiones), considerado el elemento más importante de un acuerdo climático, parece no lograr avanzar".
Instalados en el inmenso y lujoso hotel Moon Palace, a orillas del Caribe, hasta el 10 de diciembre, los equipos de negociadores intentan elaborar un paquete de decisiones que será estudiado por los ministros en la segunda semana de la conferencia.
Además de los titulares de Medio Ambiente de los respectivos países, unos 20 mandatarios anunciaron su presencia en la cita mexicana, entre ellos seis latinoamericanos: los presidentes venezolano Hugo Chávez, boliviano Evo Morales, colombiano Juan Manuel Santos, costarricense Laura Chinchilla, guatemalteco Álvaro Colon y ecuatoriano Rafael Correa.