Yang Yang, su madre que tiene 10 años de edad, tuvo las primeras contracciones ayer lunes, las cuales fueron supervisadas por los veterinarios gracias a una pantalla de video.
El recién nacido, cuyo sexo aún se desconoce, medía al nacer entre 10 y 12 centímetros y pesaba unos 100 gramos.
Al igual que cuando nació Fu Long, Yang Yang tuvo un segundo hijo que no sobrevivió, indicó la especialista Eveline Dungl.
Tras este segundo nacimiento de un panda en cautiverio concebido naturalmente en Europa, Dagmar Schratter, responsable del jardín zoológico, afirmó no obstante que un gran panda tiene 40% de posibilidades de morir durante los primeros años de su vida.
Según los expertos, los chinos esperan 100 días antes de ponerle nombre a un panda, ya que, además de los primeros días consecutivos al nacimiento, la salida de los primeros dientes puede presentar riesgos para la salud del oso.
Después de que los pandas estuvieran cerca de desaparecer en los años 80, el gobierno chino estableció reservas para proteger a los que viven en estado salvaje e implantó programas de cría en cautiverio.
Actualmente existen unos 1.600 pandas en estado salvaje, tres cuartas partes de los cuales se encuentran en Sichuán.
China, cuyos osos panda son considerados un tesoro nacional, se niega a venderlos a otros países y ha optado por un sistema de préstamo de ejemplares adultos para que se reproduzcan en zoológicos de todo el mundo, con la condición de que las crías “regresen” al cumplir dos años.