La Macana, Pisando Ovos, Slodos, Quique Pen Ca, agrupaciones de danza espaola presenatrn el prximo 30 de Setiembre el espectculo Seisdecatro, un espectculo basado en hechos reales con una connotacin fantstica. foto Adrin Arias
Desde España, seis bailarines cruzaron el Atlántico para descubrir qué es hacer danza en Costa Rica. Su investigación se hizo baile y esta noche se revelará durante el estreno de la obra
El resultado se resume en una obra de una hora en la que las historias, leyendas y mitos que están en el imaginario se unen para encontrar un común denominador en la cultura hispanoamericana.
Los artistas en cuestión son los españoles Maruxa Sánchez, Ruth Balbís, Caterina Varela, Henrique Peón; el cubano Alexis Fernández, y el costarricense radicado en España, Erick Jiménez. Ellos pertenecen a las agrupaciones Sólodos, La Macana, Pisando Ovos y Quique Peón.
Según contó Erick, este proyecto surgió en una cena de amigos, en la que todos contaban historias acerca de sus pueblos.
Se dieron cuenta de que, aunque todos vienen de distintas regiones, tras cada anécdota hay hechos o circunstancias similares que revelan que no somos tan distintos ni vivimos cosas tan diferentes, aunque nos separen miles de kilómetros.
En ese instante, surgió la idea de hacer
“Nuestra idea era encontrar un espacio para compartir tiempo entre nosotros, para conocernos más de forma personal y artística, y qué mejor que hacerlo en un lugar como Costa Rica, donde además podemos venir y empaparnos de su danza”, aseveró Ruth Balbís.
Maruxa Salas agregó: “Lo que intentamos es meternos en el trabajo de los demás, porque cada uno trabaja de forma diferente; ahora compartimos nuestro mundo creativo”.
Para hacer el cruce entre ambos países, los artistas echaron mano del apoyo de instituciones como las universidades de Coruña (España), la Nacional (Costa Rica), los ministerios de Cultura y Turismo costarricenses y el Ayuntamiento de Alcalá.
El proyecto planteado por los artista consistió en comenzar el montaje en España y terminarlo aquí
En suelo tico, los bailarines también tuvieron la oportunidad de dar clases a estudiantes de la Universidad Nacional, a bailarines de la Compañía Nacional de Danza y al público, durante el Congreso Mudanzas, que se realizó esta semana en Liberia, Guanacaste.
Sobre el escenario, los artistas fusionan la danza contemporánea con diversos movimientos que pertenecen a bailes como muñeiras (Galicia), el tradicional
“Lo que intentamos es tomar lo tradicional de cada país y verlo desde una perspectiva diferente, para darle un valor agregado a cada expresión”, aseguró Erick Jiménez.
El resultado final es una coreografía de una hora conformada principalmente por escenas grupales, que se alternan con solos para mostrar el talento de los seis intérpretes.
En materia de movimiento, Seisdecatro dosifica la energía a lo largo de toda la obra.
De esta manera, la coreografía combina instantes donde los pasos de los bailarines son lentos y discretos, con momentos donde todo el elenco derrocha energía.
La música colabora con esto, pues del silencio absoluto se pasa a sonidos carnavalescos o cantos españoles profundos y dramáticos.
El vestuario y la iluminación de
Un detalle importante de la vestimenta, que se mantiene presente en toda la presentación de diferentes maneras, es el uso de las zokas, calzado hecho de madera de abedul, tradicional de la zona de Galicia. Según explicaron los artistas, esta es su manera de mantener un vínculo siempre sus raíces.
“Las zokas son para nosotros un elemento de unión a tierra, porque en Galicia se usan para salir al campo; es una especie de anclaje que hace que aunque estemos lejos, nos ubica allá”, manifestó Salas.
“Hacer esto de producir la última parte del proceso creativo en un lugar fuera de casa, en otro país, en otro continente, nos ha venido muy bien, porque, aunque teníamos muy claro el tema, fue mucho mejor venir acá, entender la cultura, las costumbres, probar su comida, tratar con su gente”, manifestó Caterina Varela.
Por su parte, Henrique Peón comentó que Costa Rica no olvidará la hospitalidad de su gente, la tranquilidad y la confianza que recibieron por parte de los ticos.
Ahora que se marchan los bailarines, les dejan un mensaje a los artistas costarricenses.
“Como a cualquier bailarín del mundo, les pedimos que prueben de todo, que salten fronteras y compartan con otras compañías dentro o fuera del país, porque un intercambio siempre enriquece”, concluyó Caterina Varela.