A su lado, el ministro guatemalteco de Economía, Rubén Morales -quien lo acompañó en la improvisada conferencia de prensa- dio un paso al costado y cruzó los brazos hacia atrás, sin expresión alguna en su rostro. Morales se ha caracterizado por mostrar una renuencia diplomática.
A los pocos minutos, Morales interrumpió para llevarse al ministro hondureño de vuelta a la mesa de negociaciones. Desde las 11 de la mañana, sostienen negociaciones los europeos y los centroamericanos en la sede del Sistema de Integración Económica de Centroamérica.
Antes de irse, el titular hondureño ya había dejado constancia de su disconformidad con la posición europea, especialmente en el tema lácteo, donde el Viejo Continente quiere vender aquí 4.500 toneladas métricas de leche en polvo, con un aumento del 10% y la posterior liberalización del mercado.
"Hemos sido claros con la Unión Europea de que a Centroamérica se le debe ver como una región con quien hay que intercambiar cultura y comercio, que no nos vean como feudos de explotación. No hay simetría ni lógica entre lo que presentamos y lo que ellos nos ofrecen. No es imposición, es negociación, y anoche se lo dijimos. Si no tienen voluntad política díganlo mejor para tomar nuestra posición", indicó el representante hondureño.
Así mismo aseguró que la región defenderá otros temas "cruciales" como lo son las cuotas de acceso al mercado europeo de arroz, carne, textiles y banano. En esto enfatizó que "no hay prisa" por cerrar el Acuerdo (que también incluye la parte política y de cooperación) en estos dos días (jueves y viernes).
Las negociaciones comenzaron en octubre del 2007 y se han visto interrumpidas en dos ocasiones: en abril del 2009 cuando Nicaragua se levantó de la mesa al exigir la creación de un fondo de cooperación, y en junio de ese año, con el golpe de Estado en Honduras.
Los trámites fueron retomados en febrero de este año en Bruselas, Bélgica.