¿Cómo se asegura alguien sin conexión a Internet de que un documento fue firmado digitalmente de forma correcta? ¿Cómo se podrán revisar dentro de muchos años los contratos que hoy se firman de esta manera?
Para dar solución a estos problemas, el Ministerio de Ciencia y Tecnología (Micit) está promoviendo la adopción de formatos y políticas para la firma digital, el equivalente a la cédula en Internet que los costarricenses están utilizando desde el 2009.
Según explicó a La Nación Alexánder Barquero, director de Certificadores de Firma Digital, del Micit, la propuesta ya se publicó en La Gaceta para su análisis por parte de los interesados.
Las políticas están basadas en la experiencia que Brasil, Bélgica y España han tenido en este tema.
Esta políticas afectarán, principalmente, a las entidades públicas que utilizan la firma digital para realizar trámites.
Ahora deberán asegurarse de que las aplicaciones mediante las cuales se utiliza la firma cumplen con características, como, por ejemplo, tener un “sello de tiempo” que indica la hora oficial en la cual estaba firmado el documento.
También será obligatorio dejar constancia de que el certificado con el cual se firmó el documento era válido al momento de realizar el trámite, por ejemplo.
El gran objetivo final de la entrada en vigencia de estos estándares y políticas será que cualquier persona pueda ver cualquier tipo de documento en el futuro, aun sin conexión a Internet.
Además, esto garantizará que el sistema también acepte múltiples firmas a un solo documento.
Barquero dijo que se espera que la política pública que emita el Micit entre a regir en setiembre, y explicó que no afectará los documentos que ya han sido firmados con anterioridad.