Las opciones de mercado regional para la carne de cerdo costarricense se ampliaron con el cierre, el mes pasado, de las fronteras de El Salvador y Honduras al producto procedente de Guatemala.
La medida se tomó ante la reaparición de la peste porcina clásica en territorio guatemalteco, según los informes que circularon en diciembre. El hecho se divulgó mediante una alerta de la Promotora del Comercio Exterior (Procomer) costarricense .
De acuerdo con Procomer, Guatemala exportó $1,8 millones en productos porcinos entre enero y setiembre del 2010. La totalidad de sus exportaciones tuvo como destino los mercados hondureño (64%) y salvadoreño (36%), agregó Procomer, basada en cifras de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (Sieca).
Ese mercado queda abierto para otros proveedores, especialmente de la región si se trata de carne fresca, pues en derivados pueden competir muchos otros exportadores.
Alexis Sandí, director interino del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), explicó ayer que hay una planta autorizada para colocar carne de cerdo en el mercado hondureño y dos en El Salvador.
Agregó que, en el caso de Honduras, hay un proceso de renovación del permiso con autoridades de aquella nación. Pero depende solo de una documentación que se solicitó a la planta costarricense.
A una de las firmas autorizadas por los salvadoreños para vender en su mercado se le vence el permiso en junio de este año y la otra lo tiene por más tiempo, dijo Sandí.
En los acuerdos sanitarios internacionales se faculta a autoridades del país importador a inspeccionar en el sitio las plantas de la nación exportadora, con el objetivo de prevención de salud y de enfermedades de los productos de origen animal. Luego de esas inspecciones, cada país decide si da permiso.
La situación es más visible ahora, detalló, cuando se abre la ventana en El Salvador y Honduras.
Según Alvarado, más plantas pueden estar autorizadas y aprovechar momentos transitorios de mercados como el presente.
Aclaró que la culpa no es directa de las autoridades costarricenses pues son los otros países los que deben agilizar las inspecciones y la emisión de los permisos.
Sin embargo, los productores estiman que las autoridades costarricenses pueden presionar para que los trámites se agilicen. Esta tarea compete al Senasa, entidad adscrita al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Los porcicultores se quejan de bajos precios. Actualmente, se paga ¢1.400 por kilo canal (al productor), mucho menos que los ¢1.798 promedio de marzo del 2010.